Este local coruñes se aleja de lo tradicional y ofrece platos con influencias asiáticas, árabes o mexicanas
23 feb 2018 . Actualizado a las 11:36 h.Con ilusión, pero sin experiencia, los hermanos Roy y Diego Lis decidieron lanzarse a una aventura gastronómica con nombre de mujer, concretamente el de su abuela, que a sus 96 años siempre encuentra un hueco al mes para ir a comer al local que regentan sus nietos. Casi tres años después de su apertura, La Teresa se ha convertido en una de las esquinas con más sabor de la ciudad gracias a una carta alejada de lo convencional y plagada de influencias de diferentes culturas. «Quisimos apartarnos de las propuestas más tradicionales de la cocina gallega y apostamos por platos con toques asiáticos, árabes o mexicanos», resume Diego.
A su situación privilegiada -literalmente a diez pasos de la plaza de María Pita- se le suman el trato cercano, una dinámica terraza y el cuidadoso buen hacer en la cocina de Alejandro Fernández, un joven chef que se formó principalmente en A Ultramar, bajo la gerencia de Pepe Vieira.
Su carta ha ido cambiando y evolucionando con nuevas ideas y recetas que han desplazado a otras, sin embargo hay algunos clásicos que no han podido cambiar por petición expresa de sus clientes. «Los nachos con guacamole, los fingers de pollo, los currys thais e indios y las carnes ecológicas se han convertido en fijos», comenta orgulloso. La variada carta ofrece además platos para vegetarianos y otros que son aptos para celíacos.
Pero La Teresa tiene algo más, y es que no se limita solo a ofrecer platos sabrosos y creativos elaborados con productos de proveedores de alto nivel y proximidad, sino que también organiza catas de vinos y cervezas, sesiones vermú con música en directo y todo tipo de fiestas privadas.
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