«Cuando ingresa un niño, ingresa su familia»

D. S. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

16 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Alas Barbeito (A Coruña, 1973) es pediatra y trabaja en el área de Oncología del Hospital Teresa Herrera de manera continuada desde el 2011, un centro que conoce bien puesto que en él completó su especialidad.

 -¿Se está ganando la batalla al cáncer infantil?

-Se ha avanzado mucho en los últimos veinte años. La mejoría en los tratamientos ha conseguido ir aumentando las tasas de supervivencia, que ahora están en un 77-80 %, aunque siempre depende del tumor. No todos tienen el mismo riesgo y pronóstico.

-Los tratamientos parecen aún más duros si se trata de niños.

-Sí, hay algunos que necesitan ingresos repetidos, y a veces muy largos, de más de un mes, sobre todo en las primeras fases. Y además en aislamiento. Afortunadamente, ahora contamos con una área de hospitalización humanizada, muy mejorada, con zona de juegos propia y, aunque están aislados, pueden salir de la habitación y estar con otros niños de la planta.

-¿Cómo llevan los padres el impacto de la enfermedad?

-El impacto es tremendo. Cuando ingresa un niño, ingresa su familia. La enfermedad rompe toda la rutina del hogar. Al menos uno de los padres está permanentemente con ellos, de hecho en las habitaciones hay una cama para ellos. Lo más duro es el primer ingreso por el propio choque del diagnóstico, que en muchos casos, si los niños son pequeños, no perciben tanto como sus padres. Y después están los grandes olvidados entre comillas: los hermanos del niño enfermo. A menudo sufren en silencio todo lo que conlleva la enfermedad.

 -¿Cuentan con herramientas de apoyo?

-Intentamos ayudar en todos los ámbitos y con un apoyo desde todos los sectores, multidisciplinar. Todo el personal trata de volcarse, no solo las enfermeras, sino también las profesionales de trabajo social y por supuesto los psicólogos.