Arrollada una mujer en uno de los pasos de cebra más peligrosos

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

«Tienes que forzar que el coche pare», dicen usuarios habituales del cruce de la ronda de Outeiro donde fue arrollada una mujer

15 feb 2018 . Actualizado a las 09:41 h.

La seguridad vial no es patrimonio exclusivo de Tráfico. Cuatro horas después del atropello de una mujer en un paso de peatones entre Alfonso Molina y ronda de Outeiro, vecinos y caminantes de la zona hicieron un alegato a favor de la responsabilidad colectiva en la buena marcha de la movilidad urbana. Este paso es uno de los cinco más peligrosos de la ciudad, según expertos en tráfico y los lectores de La Voz.

«Tienes que hacerte ver o forzar de alguna manera que el coche pare. Yo creo que eso también forma parte de la educación vial. Es responsabilidad de ambos», afirma en el borde del paso donde ocurrió el accidente Vanesa Primo, una mujer joven que espontáneamente hace amago de cruzar, provocando que una furgoneta que sube de Alfonso Molina frene y se detenga antes de las franjas blancas. «¡Ves! Me he hecho notar y el coche para. No es más que eso. Asegurar», explica la mujer mientras saluda, a modo de disculpa, a la conductora del vehículo, que arranca sin más.

A esta altura los conductores llegan después de haber trazado una curva muy cerrada -la que bordea el estanque de Alfonso Molina-, en cuesta, con mala señalización y flanqueada a la derecha por una frondosa vegetación que impide ver el paso de peatones hasta unos 40 metros de distancia. «Y fíjate, al acercarse están pendientes de su izquierda para controlar, antes de incorporarse, los coches que suben por la ronda de Outeiro. A la derecha no tienen por qué mirar», detalla Vanesa Primo, que alude a otros pasos complicados, como el de la avenida del Ferrocarril -«te haces ver y no paran»-, o uno de las Pajaritas donde atropellaron a su madre.

Ciudades pulpo

«O somos soberbios o estamos mal acostumbrados. Yo cuando paran los coches, cruzo, y si no, me espero», afirma Ana García. También hace así Inmaculada Moreno, venezolana de Caracas, «una ciudad pulpo en la que precisamente porque casi todo el mundo es prudente hay pocos atropellos». Y Carlos Blanco, cubano de La Habana, «sorprendido de cómo se comporta la gente de aquí, con poca precaución, que un coche es una máquina y falla y el conductor es una persona y también». Solo William Dias de Oliveira, de Rio de Janeiro, se refiere a las responsabilidades de unos y otros: «Al final te adaptas tú a lo que haga el coche, cuando debería ser al revés», advierte. Minutos después, un hombre de edad avanzada, encorvado y apoyado en un bastón por un lado y en un paraguas por otro, cruza sin despegar la vista del suelo. Al preguntarle, sin detenerse, farfulla: «Esa pintura dá autorización para cruzar e nada máis».

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EDUARDO PEREZ

«Un paso de peatones en curva y en pendiente está absolutamente desaconsejado»

Álvaro Louro, director de una consultoría de seguridad vial y vicepresidente de la Asociación Española de Investigadores de Accidentes de Tráfico, observa fallos de señalización, campo de visión y distancia de parada en el paso de peatones donde ayer fue atropellada una mujer, en la confluencia de la vía de salida de Alfonso Molina con la ronda de Outeiro.

 -Este paso de peatones ya fue objeto de análisis y usted alertó de su peligrosidad.

-Efectivamente. Desde el punto de vista de adecuación a la normativa, los pasos de peatones en curva y en pendiente están absolutamente desaconsejados.

-Pero pueden instalarse.

-Pueden, pero en los juzgados ya se está imponiendo la responsabilidad patrimonial de la Administración. El siguiente análisis atiende a la señalización y no cumple por ningún lado, ni en tamaño ni en ubicación. La única señal que advierte del paso de peatones está a la izquierda y no tiene las dimensiones acordes con la infraestructura, una salida de una vía de alta capacidad, una autovía, vaya, la antigua N-550, hoy AC-11. Está sujeta a una farola y es una señal pequeña, propia de un entorno urbano, que no es el caso.

-Entre la curva y los árboles, un conductor ve el paso cuando está a 40 metros. ¿Es reglamentario?

-Yo creo que no. Con todas las cautelas, porque habría que medir el tramo, según mis cálculos la distancia de parada no bajaría de 90 metros, grosso modo, y eso teniendo en cuenta que la fórmula sirve para un trazado recto, no curvo. La distancia de parada depende de la velocidad, aquí limitada a 60, la pendiente de la calzada y el coeficiente de rozamiento. Y claramente no la cumple. Pero es que el campo de visión, además, es malo, y la vegetación lo complica más. Es muy peligroso.

-¿Y puede ser que el conductor al acercarse esté pendiente de su izquierda para incorporarse a la ronda y no atienda al peatón que cruza desde la derecha?

-No puede ser: es así. De hecho, la vegetación de la izquierda está más controlada, para facilitar la visión. A la derecha, en cambio, es muy frondosa y no se ve nada. Y además el arcén de la derecha está sobredimensionado y eso no ayuda a reducir la velocidad. Si quieres que reduzcan, genera un entorno más estrecho.

-¿Cómo solucionaría estos fallos?

-Tienen mala solución. La más lógica sería colocar un semáforo, con el riesgo de retenciones y colisiones por alcance, por falta de visibilidad, por la curva. En estos tramos de frontera entre una vía de alta capacidad y el entorno urbano no es habitual un paso de peatones.

Álvaro Louro es abogado y titulado universitario en investigación de accidentes