Muy pocos conocen la anécdota que esconde el nombre de este mítico banco de pesca
04 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En Galicia, por su tradición pesquera, es famoso el Gran Sol, uno de los principales caladeros situados en el Atlántico norte. Sin embargo, muy pocos conocen la anécdota que esconde el nombre de este mítico banco de pesca. El actual rey de España también la desconocía hasta que en un viaje a Galicia conoció a Jesús Etchevers, antiguo armador de barcos en A Coruña. «Felipe VI, cuando aún era príncipe, estuvo de visita por nuestra comunidad y yo, como miembro del consejo de la Autoridad Portuaria, asistí a un encuentro con su majestad y otras autoridades. Tuve un momento para hablar con él y comentamos la importancia que tenía el Gran Sol para nosotros, donde teníamos hasta 114 barcos. Al final le pregunté si sabía por qué se llamaba así y me dijo que no. Se lo expliqué y espero que hoy no lo haya olvidado», recuerda.
La historia de la pesca en Galicia no puede entenderse sin el Gran Sol. La flota gallega sigue faenando en la actualidad, pero con muchos menos efectivos que lo hizo durante el siglo XX. En su día, hubo más de trescientos barcos pescando allí, cuando era conocida como la flota de los 300. «Es un banco muy rico en merluza, una especie con una gran aceptación en el mercado gallego. Antiguamente, los barcos vaciaban todas las bodegas con el resto de los pescados, incluso el rape, para dejar espacio a la merluza», comenta.
El caladero está situado al suroeste del Reino Unido, entre los paralelos 48 y 60. No es precisamente una zona geográfica donde predominen los días soleados. «La mayoría del tiempo el cielo está cubierto, hay fuerte oleaje y hace mucho más frío», añade. En el invierno boreal la duración de los días apenas supera las ocho horas. En esa región del océano predomina además la inestabilidad atmosférica desde el otoño hasta bien entrada la primavera. Las borrascas que circulan del oeste hacia el este y afectan a Galicia suelen situar su centro de acción en esa región del Atlántico. Ahí se concentran a menudo los vientos más fuertes y las olas más grandes.
El origen del término no guarda ninguna relación con las condiciones meteorológicas. En realidad, todo se debe a una mala traducción. «Cuando los gallegos empezaron a navegar en esas aguas, a comienzos del XX, las únicas cartas náuticas estaban en francés. Sobre el mapa los franceses vieron que ese banco de pesca tenía forma de un gran lenguado así que decidieron bautizarlo como Le Grande Sole o gran lenguado. Después, los gallegos leyeron esas cartas y empezaron a referirse al caladero como el Gran Sol», aclara Etchevers.