Ana Gil: «En una mediación, ninguna de las partes se siente frustrada»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La abogada y portavoz del Cimega reivindica esta técnica para solucionar «cualquier tipo de conflicto»

29 ene 2018 . Actualizado a las 10:01 h.

Harta de repartir frustración como abogada, Ana Gil decidió apostar por la mediación. Ahora, sueña con una sociedad en la que no haya vencedores y vencidos, sino personas que resuelven sus conflictos a través del diálogo. Para potenciar esta vía, se creó en A Coruña el Círculo de Mediación de Galicia (Cimega), del que Gil es secretaria.

-¿Más vale un mal arreglo que un buen pleito?

-La mediación busca buenos arreglos. En el pleito siempre hay un perdedor. A veces, hasta el que gana pierde.

-¿Esto es como empatar?

-Hay un tercero que facilita el diálogo, es imparcial y limpia el proceso de comentarios negativos.

-¿Qué ventajas tiene la alternativa de la mediación?

-Que ninguna de las partes se siente frustrada. La mediación supone un ahorro de coste emocional, tiempo y dinero. Y otra ventaja: se gana privacidad.

-¿Te expone menos que una sesión pública en un juzgado?

-Sí. Es más, hay empresarios que la utilizan mucho porque les permite que sus problemas no salgan a la luz. La confidencialidad es un requisito esencial.

-¿Por eso se utiliza tanto en los conflictos de pareja?

-Y porque las dos partes siempre salen satisfechas. La mediación empezó en el ámbito familiar, pero se puede aplicar a cualquier ámbito: al mercantil, al penal, para problemas de lindes, herencias, comunidades vecinales... El diálogo se puede aplicar en cualquier conflicto.

-Vaya, ¡excepto en Cataluña!

-A lo mejor hubo mediadores en ese conflicto. Creo que todo se puede resolver con diálogo.

-Reclama un apoyo firme de la Administración de Justicia.

-Sí. Las Administraciones públicas ofrecen la mediación de manera gratuita, pero por una retribución mínima a los profesionales que la desempeñan.

-¿Cobran como un abogado de oficio?

-Peor, que ya es difícil.

-Supongo que pocos mediadores vivirán de esto, entonces.

-En Galicia, muy pocos. Pero es que aquí la mediación aún tiene que despegar.

-Contribuya con un ejemplo.

-¿Y si él se queda con los niños el día que usted está ocupada? Si ya no tiene que pagar al cuidador, en vez de 800 euros, a lo mejor le vale con 600. O imagínese que le deben una cantidad de dinero. El juez condenará al otro, o no, a restituirle esa deuda. Con la mediación, hay un montón de soluciones alternativas: puede ser que no te pague el dinero pero te entregue otro tipo de bienes; o que te preste un servicio; o que lleguéis a cualquier otra solución absolutamente rompedora.

-Si bien cada vez hay más abogados mediadores, un sector de la abogacía es reticente al método porque se supone que les quita pleitos. ¿Esto es así?

-Hay un cierto recelo, pero, en algunos casos, es por desconocimiento. Al igual que un abogado acude a un perito para que le tase una finca en un procedimiento judicial, aquí puede avisar al mediador para que consiga que las partes lleguen a algún acuerdo en todo o en parte del conflicto.

-¿Puede ser un colaborador?

-Sí. El abogado dará forma jurídica a esos acuerdos y velará por que se cumplan. Además, también hay conflictos extrajurídicos. Si una familia no se pone de acuerdo para ver quién se queda al cuidado del abuelo durante las vacaciones, eso no lo va a resolver un abogado. En Cimega hacemos mucha mediación extrajudicial.

«Mis amigas dicen que tengo la manía de los cursos. Me apunto a todos»

El Círculo de Mediación de Galicia nació hace cuatro años en A Coruña con el objetivo de promover y difundir este método alternativo de resolución de conflictos. Es una asociación sin ánimo de lucro y multidisciplinar. «Entre nuestros socios hay abogados, economistas, educadores sociales...», afirma Ana Gil.

-¿Por qué los mediadores están siempre metidos en cursos de formación?

-Yo me apunto a todos [risas]. Mis amigas dicen que tengo la manía de los cursos. Siempre estoy con alguna formación.

-¿Le compensa tanto esfuerzo?

-Sí, ¡es una profesión preciosa!

-De hecho, conoció a la mayoría de sus compañeros de Cimega en los cursos de formación.

-Sí. La mayoría de los mediadores somos profesionales que nos hemos gastado mucho dinero en formación.

-Y ahora su intención es ampliar el número de socios, ¿no?

-Sí. Nosotros funcionamos sobre todo en A Coruña ciudad, pero ahora estamos iniciando un proceso de expansión a otras localidades gallegas para que se integren en Cimega.

-¿Es difícil mediar?

-Ser mediador exige una preparación y una actitud, también por parte de los mediados. Si confluye todo ello, mediar es fácil, pero tampoco somos magos.

-¿El truco está en armarse de paciencia?

-En escucharlos y que se escuchen. Esa es nuestra labor.

-A pesar de que la ley de mediación ya es de hace varios años, sigue siendo algo desconocida.

-Aquí sí, pero hay comunidades en las que funciona muy bien.

-La mediación es voluntaria. ¿Debería ser obligatoria?

-Solo la sesión informativa, para que la gente conozca la mediación. Después, no. Si el mediado no quiere estar, pierde sentido.

Trayectoria consolidada: De origen lucense, Ana Gil lleva 27 años ejerciendo como abogada en la ciudad de A Coruña.

Gustos y aficiones: Leer, especialmente novela negra, y su gato.

Recomienda: El cuento de la criada, de Margaret Atwood.