Se quejan de las peleas en el barrio, «incluso con navajas»
24 ene 2018 . Actualizado a las 13:55 h.Hace poco más de un año el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, había reconocido un repunte de los robos en los establecimientos comerciales de la ciudad.
Aquella oleada había afectado a varios barrios coruñeses, pero uno de los más damnificados había sido el Agra del Orzán. Fue tal el número de negocios asaltados que vecinos y comerciantes salieron a patrullar las calles por la noche para vigilar. «De nuevo, los robos vuelven a estar a la orden del día en nuestro barrio», dijeron los residentes
Hace unos días asaltaron una tintorería: «Entró un joven, alto y desaliñado. Me dirigí hacia él y me dijo: ¡Párate, ni te muevas!», contó Patricia, la dueña. Se paró, el ladrón entró en el negocio «y al no ver la caja me robó el móvil, una calculadora y hasta una imagen de la Virgen», subrayó.
Los ladrones también accedieron a un supermercado «y lograron solo un pequeño botín económico ya que la presencia de los clientes les impidió llevarse más», contó una responsable del negocio.
Otra víctima fue un repartidor: «Salió de local y sorprendió a un hombre en el camión robándole mercancía. Lo agarró, lo retuvo y lo entregó a la policía», contó un testigo de este asalto.
La dueña de otra tintorería vio hace unos días a un joven que bajaba por la calle Entrepeñas accionando todas las manillas de las puertas de los coches aparcados. Una furgoneta sí estaba abierta: «Era de un albañil y le llevó mercancía y herramientas».
Un joven también se acercó a un señor mayor que estaba en la plaza de As Conchiñas «y le pidió 70 euros para pagarse la dosis de droga. El señor le tuvo que dar lo poco que tenía», contó una vecina. Y el pasado domingo reventaron las lunas a varios coches en la calle Fuente Álamo para robar en su interior.
Los vecinos y comerciantes también se quejan de la inseguridad. Entre Entrepeñas y Páramo «todos los días hay peleas, incluso con navajas, al igual que en la prolongación de la calle Barcelona y en As Conchiñas», dijeron.
Culpan de ello a algunos establecimientos hosteleros «de muy dudosa reputación». Algunos ya fueron visitados por el 092 y se les levantaron varias actas sancionadoras «porque están abiertos hasta las ocho de la mañana, y se encontró estupefacientes a alguno de sus clientes», indicaron fuentes próximas a la policía.
Ante esta situación, «tengo a mi hijo de 7 años secuestrado en el negocio. No quiero que salga a la plaza», indicó Patricia.