El mar convirtió las Esclavas y el Millenium en un campo minado

eMILIANO moUZO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El fuerte embate del oleaje levantó losetas y asfalto, destruyó estructuras de hierro y desplazó la caracola de su base

19 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mar de fondo, con olas de hasta 9 metros (incluso la boya de Langosteira recogió un pico de más de 19 metros) que trajo hasta Galicia el temporal Evi dejó un reguero de desperfectos en la franja costera de la ciudad y en menor medida en la de los ayuntamientos del área metropolitana con litoral.

La zona cero en A Coruña estuvo entre el Millenium y la explanada de las Esclavas. En la zona del obelisco acristalado el oleaje causó importantes desperfectos. Fue de tal magnitud el embate del mar que dobló e hizo caer al suelo las fuertes vigas de hierro que impedían el acceso de indigentes a los bajos del monumento.

El mar también arrancó de cuajo las enormes piedras talladas que dan forma a las paredes de la base del Millenium. El asfalto y varias piezas de hormigón de la vía que permite el acceso a los bajos saltaron por los aires y llegaron hasta el paseo marítimo. Varias rocas de gran tamaño que formaban parte de la pequeña escollera también fueron arrastradas hasta el camino peatonal. El oleaje destrozó unos cuatro metros de balaustrada ornamental que separa el vial de la zona costera.

La explanada y el paseo peatonal del entorno de las Esclavas quedó convertido «en una especie de campo minado», decían los curiosos que se acercaron a primera hora por allí.

Las losetas del firme de la explanada saltaron por los aires y el mar las acumuló, sobre todo, en la zona más próxima a las escaleras de acceso a esta zona de esparcimiento. El mar también arrancó y llevó hasta allí una pieza de hormigón del muro «que puede pesar hasta 3.000 kilos», manifestó un técnico municipal que ayer valoraba los daños.

En el paseo de las Esclavas, el fuerte oleaje levantó varios centenares de metros cuadrados de asfalto y hasta dejó al descubierto las tuberías de suministro eléctrico y de agua que pasan por la zona. El mar también subió desde el área intermareal varias piedras de grandes dimensiones hasta el paso peatonal.

Punta Herminia y dique

El mar también logró salvar los importantes desniveles que forma la costa y subir hasta los caminos peatonales de punta Herminia hasta convertirlos en lodazales. El impacto de las olas también desplazó la caracola de su base y ahora solo se sustenta gracias a la viga que soportaba su tramo final, una situación de extremo peligro. El oleaje que superó el dique de abrigo levantó parte del asfalto de la zona.

Mientras, Mercedes, la mujer que vive en su cabaña en las Esclavas, volvió ayer a su refugio. «Pasé una noche fuera porque así me lo recomendaron y no me llevaron a ningún lado, me busqué la vida. El mar es bueno, está cerca pero creo que no hará daño», dijo la mujer.