Rotonda parece, pero rotonda no es

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa LA VOZ / A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Más de la mitad de las glorietas de la ciudad son realmente plazas, con unas normas de circulación distintas que muchos conductores desconocen y se saltan

17 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las rotondas están pensadas para distribuir el tráfico en los cruces evitando esperas en los semáforos y posibles y peligrosos choques. Los coches las cogen a menor velocidad y toman su salida señalizándola. En las rotondas, ya se sabe, tiene preferencia el que está dentro de ella dando el giro y está prohibido salir de ellas cruzando sobre el carril que queda a la derecha, para cambiarse a la vía de al lado hay que poner el intermitente y situarse a la derecha antes de llegar a la salida. Hasta ahí todo claro, y sin embargo, no funciona.

¿Quién hace bien las rotondas? «En A Coruña no las toma bien nadie, ni los profesionales ni los particulares», cuenta José Antonio, taxista, aparcado en la parada junto a la rotonda del mercado del Elviña, una de las que tienen truco.

El truco radica en que muchas de las que se consideran rotondas en la ciudad, realmente no los son. Se denominan plazas y tienen unas normas de circulación distintas a las rotondas. Los conductores, muchas veces, se lían con el código de aplicación en cada caso y los accidentes no son infrecuentes. Tampoco las discusiones sobre quién tiene la culpa.

«Yo tengo para escribir un libro sobre lo mal que se conduce en A Coruña, las rotondas se toman muy mal y para muchos es como si las flechas no existieran», cuenta Celia, repartidora de Correos que conoce bien la ciudad. El problema no es solo normativa, sino de mala señalización. La profesional de Correos pone un ejemplo: «El que va de Los Rosales hacia Riazor en el pavo real lo tiene imposible, porque no hay un tramo con una longitud mínima para poder cambiarse de carril y tomar la salida correcta», dice. La del pavo real es el ejemplo más llamativo de lo que parece una rotonda pero realmente es una plaza. Una vez dentro, el conductor ha de seguir las indicaciones pintadas en la calzada -igual que en cualquier tramo de carretera convencional- y no se puede llegar desde cualquier entrada a cualquier salida. Así, quien procede de Los Rosales y se mete por los carriles exteriores, solo podrá seguir hacia la ronda de Outeiro, porque así lo indican las flechas pintadas en el asfalto. Si quisiera dirigirse a Riazor, tendría que incorporarse al pavo real desde la vía más a su izquierda procedente de Los Rosales, metiéndose en el anillo más pequeño del asfalto de la plaza. ¿Un lío? Lo es, sobre todo porque en muchos casos la señalización no es clara y es las flechas que obligan a seguir una única dirección conviven con líneas discontinuas que confunden a los conductores.

Así las cosas, «cada un fai o que lle da a gana», resume Maricarmen, que conduce un taxi en A Coruña desde hace ocho años y que cree que la gente es demasiado impaciente al volante. Para evitar problemas ella tiene un truco: «Eu paro sempre aínda que non teña un ceda, senón paso o día no taller», cuenta.

«Nos cuesta mucho hacer las rotondas bien», reconoce Manuel Sánchez Quindimil, presidente de Teletaxi, refiriéndose en general a los conductores de la ciudad. «Hay gente que ve una línea continua y pasa por encima, porque como no se rompe nada...», ironiza, y cree que «hace falta un poco más de educación al volante» y también de paciencia: «Porque si te pasas la salida, das otra vuelta a la rotonda y la coges a la siguiente», dice. El problemas es que muchos cruzan a las bravas y después pasa lo que pasa con la chapa y pintura.

A Pasaxe, entre las tradicionales, y el Pavo Real entre las nuevas plazas

En la ciudad ya hay más plazas que rotondas. Aunque en un mapa parecen lo mismo, rotondas, la pintura viaria dice lo contrario, son plazas. En esta última categoría figuran la del pavo real, la principal de acceso a A Grela desde Salgado Torres, las de la Torre y Adormideras -en el paseo marítimo-, la de las Pajaritas y el mercado de Elviña y la de la avenida de Monelos a la altura de Nuevos Ministerios. Entre las importantes que son rotondas -no plazas- están la de Marineda, ronda de Outeiro con avenida del Ejército y A Pasaxe. Esta última es de las más conflictivas, porque los que van desde A Coruña hacia la N-VI cruzando el puente, lo hacen sistemáticamente cruzando desde el carril interior hacia la salida, cuando tendrían que haberse cambiado antes.