La mitad de los niños pasan entre 2 y 4 horas diarias en Internet

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

JOSE MANUEL CASAL

Uno de cada tres escolares coruñeses recibieron material sexual en sus móviles

11 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay muchos niños y niñas con un serio problema de adicción a las nuevas tecnologías «y muchos padres no lo ven o no lo quieren ver». Pasan el día enganchados al móvil o al ordenador, se aíslan de su entorno, se encierran horas en la habitación y la comunicación familiar se limita a lo imprescindible. Cuando eso ocurre en un hogar, hay que buscar ayuda. De todo esto se alertó ayer en las instalaciones de la Asociación Ciudadana de Lucha Contra la Droga (Aclad) durante la presentación de un estudio realizado entre noviembre y diciembre con escolares coruñeses y que contó con la presencia del grupo municipal socialista.

¿Existe realmente la adicción a las nuevas tecnologías? ¿Dónde está el límite de un uso abusivo? ¿A qué edad deberían tener móvil nuestros hijos? ¿Hay que ponerles un límite de horas? ¿Le regalamos la tableta que piden para la primera comunión? ¿A partir de cuándo deberíamos buscar ayuda profesional? Dudas de padres para las que el grupo de psicólogos de la Aclad trata de dar respuestas ante el fuerte incremento de menores que presentan una patología adictiva.

Adicción

Los expertos coinciden en que las nuevas tecnologías se convierten en adicción cuando interfieren con las actividades de la vida diaria y los adolescentes (también los adultos) dejan de hacer otras cosas necesarias en su vida cotidiana.

En el estudio, en el que participaron 300 escolares coruñeses, destaca el hecho de que uno de cada tres menores ha recibido en su móvil algún tipo de imagen o vídeo de contenido sexual. O que casi la mitad pasa más de dos horas al día conectados a Internet, y que el 90 % lo usa a diario.

Miembros del grupo municipal socialista fueron testigos de la presentación. Su portavoz, José Manuel García, recordó que este tipo de estudios o propuestas fueron incorporadas por el PSdeG a través de un modificativo que se ha renovado ahora en las cuentas del 2018. Añadió que esta decisión la tomaron después de que la dirección de la Aclad «nos alertasen del problema y que apoyáramos el programa».

«Un día mi hijo no me hizo caso y le quité el teléfono un mes. Fue mano de santo»

«Un día estaba en la cocina ocupada y llamaron al teléfono fijo de casa. No lo podía coger y se lo pedí a mi hijo, que estaba en la habitación. No me hizo caso. Volvieron a llamar, se lo pedí de nuevo, y nada. Cansada, fui junto a él, le cogí el móvil y se lo quité un mes. Al devolvérselo, le advertí que lo volvería a hacer si se pasaba más de una hora al día con el teléfono. Fue mano de santo». Este relato pertenece a la madre de uno de los niños coruñeses que participó en el estudio. Y esto es lo que deben hacer todos los padres, según los expertos.

Reacciones como las de esa madre no son tan frecuentes como parece. Los psicólogos de la Aclad dicen que el problema de los padres está «en dónde poner el límite». El uso de redes sociales, por ejemplo, «libera neurotransmisores asociados con el placer cerebral, como la dopamina. El problema es que el cerebro se acostumbra a esa sensación de bienestar y pone en marcha de nuevo el circuito para repetir la acción y obtener el mismo placer».

La línea que separa el abuso de la dependencia es pequeña. «La mayoría de usos problemáticos se caracterizan porque los chicos pasan muchas horas enganchados, pueden enviar entre 400 y 500 mensajes al día, pero ellos no piensan que eso sea ningún problema porque no hacen daño a nadie», añaden los expertos. Cuando ese exceso se transforma en dependencia, «piensan en conectarse desde que se levantan, no pueden dejar de usarlo y tienen sensación de ansiedad, como una especie de síndrome de abstinencia».