El pleno rechaza que se intenten acelerar Alfonso Molina y la estación intermodal

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La Marea defiende el «dereito á cidade» de los okupas y vuelve a ofrecerles locales municipales para sus actividades

09 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pleno de A Coruña rechazó ayer una moción del PP en la que se instaba al gobierno local a «concretar la cesión de los suelos municipales necesarios para la mejora y remodelación de Alfonso Molina», incluyéndolos en un convenio de colaboración con el Ministerio de Fomento, y comenzar los trámites urbanísticos necesarios para ejecutar los accesos y la construcción de la nueva estación intermodal, que aunará ferrocarril y autobuses.

La Marea y el BNG votaron en contra. El edil de Rexeneración Urbana, Xiao Varela explicó el voto en contra echando la culpa de los retrasos de ambas infraestructuras a Fomento y la Xunta. La portavoz del BNG, Avia Veira, señaló que su grupo respalda la obra de la intermodal, pero no la ampliación de Lavedra.

El PSOE optó por la abstención. Aunque en el pasado promovieron que se dotase a Alfonso Molina de un cuarto carril en cada sentido, ahora los socialistas dudan de esa actuación. Sí reclamaron la intermodal, y culparon de su retraso tanto al PP como a la Marea, con la que va camino «de no ser ni un apeadero», aseguró la concejala Yoya Neira.

En su turno, la concejala del PP Begoña Freire recordó que en Santiago y Vigo ya están listas las obras de ampliación del puente de Rande y las conexiones de la autopista, que tendrían que haberse desarrollado en paralelo a Alfonso Molina; y recalcó que en esas dos ciudades y en Ourense comenzarán este año las obras de la intermodal, mientras que en A Coruña no podrán iniciarse hasta el 2019. Responsabilizó de ambos retrasos a los «bandazos y cambios de criterio del gobierno local», recordando «ocurrencias» del ejecutivo local como la construcción de «pasos para anfibios y reptiles» en la avenida.

Claro que la votación sobre Alfonso Molina y la intermodal no tendrán efecto alguno más allá de la toma de posición política.

Se desarrollaron en el debate de mociones, propuestas de la oposición que, como el mismo alcalde señaló en abril del 2016, carecen de valor jurídico, por lo que anunció que su gobierno solo cumpliría aquellas con las que estén de acuerdo, cuenten o no con el respaldo mayoritario del pleno.

Por su parte, el gobierno local empezó el año dejándolo como estaba: una hoja en blanco. No presentó ni un nuevo proyecto o iniciativa. El único asunto de gestión fue la concesión a título póstumo de los títulos de hijo adoptivo e hijo predilecto a Alberto Martí, expresidente de la Cocina Económica, y al periodista Ángel Gómez Hervada. Los nombramientos tenían el respaldo de toda la corporación y salieron adelante por unanimidad.

Okupas y su «dereito á cidade»

Convertido así en una especie de sesión de control, el pleno solo sirvió para que la oposición atornillase al gobierno local. Veira, en su turno de preguntas, les interrogó por el prometido plan de inclusión social, el carril bus y la apertura al público del parque del Observatorio. Tres compromisos del programa electoral de la Marea. No se han cumplido y ninguno de los ediles que le contestó supo concretar la fecha en la que se llevarán a cabo.

El PSOE se preguntó cómo pueden estar sin concretar los horarios de uso de las instalaciones deportivas de este año, o cuándo se mejorarán las cubiertas de las aulas de infantil del María Barbeito, dónde «cayeron tejas al patio durante los temporales», explicó José Manuel Dapena. Tampoco se dieron fechas para resolver esos problemas.

El portavoz del PSOE, José Manuel García, recordó que el pleno aprobó en mayo del 2017 una moción para poner el nombre de una calle a tres jóvenes coruñeses asesinados por ETA en 1973 y, apuntando a la rapidez de los nombramientos de ayer, recordó que no debe haber «ciudadanos de primera y de segunda. El gobierno tampoco marcó fecha.

El PP preguntó por la bajada de los ingresos por licencias urbanísticas, un indicio de la «paralización económica». El ejecutivo local se limitó a asumir que son realistas y las achacó a la crisis, obviando el auge del sector en Vigo o municipios como Arteixo y Oleiros. Sobre los okupas de la Comandancia, el ejecutivo municipal defendió que tienen «dereito á cidade» y reiteró la posibilidad de que parte de sus actividades se trasladen a otros locales municipales.