Los propietarios de Villa Isabel buscan alternativas para el palacete

Elena Silveira
Elena Silveira OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El inmueble de Nós fue diseñado en el año 1899

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Villa Isabel es un capricho, una casa de muñecas que se conserva en la parroquia de San Pedro de Nós tal cual fue diseñada en 1899 por el arquitecto Luis Bellido González. De hecho, sufrió muy pocos cambios desde entonces. Tan solo pequeñas modificaciones para hacerla más habitable cuando los Tenreiro se la compraron a la familia Marchesi Dalmau en 1963. «Nos fuimos todos para allí en 1965. Mi padre tiró la capilla que había, hizo una nueva cocina y abrió un pozo. En un momento dado vinimos a A Coruña. Creo que la última vez que la usamos, ya como casa de veraneo, fue en el año 2002 o en el 2003». Ramón Tenreiro explica que los 11 hermanos tienen un cariño especial por este palacete y que en su día acogió la vorágine diaria de una familia más que numerosa. «Pero a día de hoy, vivir en una casa con este tamaño no tiene sentido», explica. Por ello la familia está abierta a propuestas empresariales o económicas que puedan sacar partido al inmueble, respetándolo. De hecho, en su día se puso sobre la mesa la posibilidad de convertirlo en una residencia para personas de la tercera edad o transformarlo en un establecimiento de hostelería en el que celebrar eventos. Pero, hasta ahora, no caló ninguna propuesta. Lo que tienen claro los hermanos es que Villa Isabel no está a la venta: «No, eso no. Es propiedad de una sociedad creada por nosotros y eso no se plantea», confirma Ramón.

Mientras el futuro cierto de Villa Isabel no se aclara, la casa se sometió en los dos últimos años a un proceso de rehabilitación. «Se adecentó la cubierta porque entraba el agua y había humedades, se pintó por fuera y se arregló la galería, ya que una parte de la madera estaba podrida». Algunos de los hermanos con formación técnica echaron una mano a la hora de gestionar las obras de rehabilitación. «En el interior no se hizo nada. La casa está bien, aunque al quedar deshabitada no resulta acogedora. De hecho, la calefacción lleva veinte años sin funcionar y sería necesario cambiarla», comenta Ramón Tenreiro.

Más de 900 metros cuadrados

La mansión tiene tres plantas. En la baja están el comedor, la sala de estar y otras dependencias como el recibidor o los aseos. En la primera planta hay cuatro dormitorios y tres baños. En la segunda, seis dormitorios más. Y en lo alto de todo, el torreón, que se aprecia desde varios puntos de la comarca, a pesar de que la casa está rodeada del frondoso bosque del Batán, en la parroquia de San Pedro de Nós. «Es grande. Es que son más de 900 metros cuadrados de inmueble», confirma Ramón. Los herederos buscan ahora una segunda vida para este edificio catalogado, junto a sus valiosos jardines, dentro del plan general.