El incipiente desapego PSOE-Marea y la no reprobación de Rosa Gallego

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

El Partido Socialista vetó una maniobra sin precedentes del gobierno local contra la portavoz del PP

07 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estalinista», así definió un edil del PSOE el experimento político que el gobierno de la Marea ensayó en el pleno del lunes y que los socialistas, mostrando otra vez sus diferencias con los de Ferreiro, frustraron: reprobar a una concejala de la oposición, la portavoz del PP, Rosa Gallego, por los folletos de su partido que denuncian supuestas irregularidades en la adjudicación de la antigua prisión a Proxecto Cárcere.

 Reprobar a la oposición

Un plan insólito. Aunque tenían mayoría absoluta, ni Feijoo, ni González, ni Aznar, ni los exalcaldes Vázquez, Losada o Negreira habían recurrido nunca a esa maniobra, que la oposición atribuye al «nerviosismo» de la Marea por las denuncias del PP.

Suele ocurrir lo contrario, que sea la oposición la que reprueba a un miembro del gobierno o a sus cargos de confianza. Le ha ocurrido recientemente a varios ministros del PP o a concejales de Podemos en Madrid. En A Coruña, el único reprobado ha sido el jefe de gabinete del actual alcalde, Iago Martínez, por llamar «orcos» a ediles de la oposición y a los funcionarios municipales.

Está por saber qué responsabilidades hubiese exigido Ferreiro a Gallego de haber sido reprobada. En el caso de su asesor no planteó ninguna. Martínez -que meses después pidió disculpas públicas al PSOE- sigue en su puesto; y precisamente, la moción para reprobar a Gallego fue redactada en su ordenador, en un documento Word que fue creado a las 10.09 del mismo lunes. Desde allí fue enviada por correo electrónico al grupo socialista, porque la reprobación no saldría adelante sin su voto.

La maniobra no fue secreta. Antes, en la junta de portavoces, el alcalde había mencionado que el asunto estaba en marcha, y que lo habían hablado con una edila socialista, Silvia Longueira.

 La Luis Seoane

¿Por qué ella? Tanto los sectores críticos de su partido como otros miembros de la corporación recuerdan que además de edila con media dedicación, por lo que cobra 20.000 euros brutos cada año, Longueira también es directora de la Fundación Luis Seoane, un puesto retribuido con 38.000 euros brutos anuales. Regresó a ese puesto en el 2016, después de que los tribunales anulasen su despido a manos del anterior gobierno municipal del PP.

La Luis Seoane está financiada en más de un 80 % por el Ayuntamiento, por lo que la concejala podría estar en situación de incompatibilidad. Ese hecho tiene atemorizados a parte de los cuadros socialistas, que temen que el asunto les estalle en la cara justo antes de las municipales, pero la gestora local, entrampada en las permanentes luchas intestinas de la formación, no ha tomado ni una medida por la posible ruptura del código ético del partido.

Pero la supuesta incompatibilidad laboral de la edila del PSOE, que durante este mandato ha sido una de las componentes de su grupo más próximas a la Marea, tampoco parece molestar en absoluto al gobierno local, que ha permitido que la situación se perpetúe. A pesar de que el concejal de Culturas, José Manuel Sande, es presidente de la Luis Seoane, y de que los patronos de la entidad, al contrario que los responsables políticos de la Marea o socialistas, sí se han mostrado preocupados por la circunstancia. 

Otra autoenmienda

Negativa frontal. Hablada o no, tras examinar la moción de reprobación, el portavoz socialista, José Manuel García, se negó en redondo a apoyarla. La Marea la registró igualmente cerca de las dos de la tarde. Pero apenas cuatro horas después presentó una enmienda a su propuesta.

Fue otra maniobra insólita, aunque menos, ya que el gobierno local hizo lo mismo hace unas semanas con uno de sus cambios de presupuesto, que tampoco tenía apoyo del Partido Socialista.

El texto original no se leyó en el pleno, y el de la enmienda, mucho más suave, es tan poco claro que la propia Gallego ironizó con que «no sé con quién debo disculparme». Le exigía que pida perdón a las personas que trabajan para recuperar la cárcel «pertencentes ou non a Proxecto Cárcere, relacionadas ou non co goberno municipal da Coruña».

La portavoz del PP dio una réplica «arrolladora», en palabras de un miembro del grupo socialista, a la moción, pero esta salió adelante con los votos de la Marea y del BNG, que hizo seguidismo de la postura del ejecutivo.

El PSOE se abstuvo, a pesar de que el propio García señaló que populares y mareantes deberían resolver sus cuitas en otro lugar, como los juzgados, y no en el pleno, cuya función es velar por el interés de los ciudadanos y la ciudad, no de los partidos políticos. García también bajó el tono contra la adjudicación a Proxecto Cárcere, que calificó de «chapucera», pero no «ad hoc», como la tildó cuando se hizo pública.

El incipiente desapego

La abstención del PSOE no oculta las grietas en la frágil alianza que mantiene desde agosto con la Marea. Su decisión de vetar la reprobación o de exigir, con el PP, que se desaloje la Comandancia de Obras, son síntomas del distanciamiento. No parece que esas diferencias vayan a impedir la aprobación de las cuentas, con las que el PSOE se ha comprometido. El pacto debe confirmarse la última semana del mes, cuando el alcalde prevé llevar el presupuesto a pleno, con los más de 30 días de retraso previsto. A partir de entonces las hostilidades irán endureciéndose. Los partidos estarán en precampaña, aunque en realidad ese proceso ya ha comenzado, como confirmó ayer Xulio Ferreiro al «anunciar» que será candidato, algo de lo que nadie dudaba.