La luz de la Navidad llega a la calle

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La «estrella de la muerte», transitable por dentro, volvió a encandilar

06 dic 2017 . Actualizado a las 12:34 h.

En la inauguración de la Navidad que ayer escenificaron los vecinos y la corporación municipal al pie de la esfera de luz de la Marina, algunos echaron en falta el pollo de Carpanta, aquel muerto de hambre de la posguerra creado por el historietista Escobar que el año pasado resucitó en A Coruña encarnado en la silueta luminosa y multiplicada de un pollo asado colgando sobre los empedrados de la Ciudad Vieja.

El adorno suscitó elogios, pero también muchas críticas, y este año la empresa cordobesa Ximénez, adjudicataria del alumbrado durante tres años por 335.000 euros, sustituyó la vianda por grandes discos de luz, más insípidos y escasos de relato. Lo aportó, en su lugar, Leonardo Tomé, presidente de la asociación de comerciantes de Elviña, en un breve discurso a iniciativa del gobierno local, que desde el 2015 entrega el protagonismo del encendido del alumbrado a un colectivo de la ciudad y este año eligió a los trabajadores de los mercados municipales.

Tomé recuperó lo mejor del espíritu berlanguiano y, sin llegar a invitar a nadie a sentar a un pobre en su mesa, animó a los vecinos a construir la ciudad que desean eligiendo el comercio local, «sincero, honesto y profesional, probablemente el único que le dice que no a un cliente que le pide ese pescado para el día siguiente o unos grelos para dentro de tres días». Y en un gesto imprevisto y algo estrafalario, animó a no consumir, «a recordar cómo se puede vivir con menos cosas y a ser felices con muy poco».

Las comparaciones

Antes el alcalde se sacudió las críticas por la tardanza en prender las luces en la ciudad -la última de Galicia, con Ferrol- o las que vengan en los próximos días de comparar los adornos de unas y otras, de unos barrios y otros, y apeló a su función de punto de encuentro. «Ás veces as luces convértense nunha competición entre cidades e outras nun reclamo para o consumo, pero non só valen para iso: tamén permiten que nos vexamos, que esteamos xuntos nas prazas e nas rúas», alentó Xulio Ferreiro, también con una llamada a respaldar el consumo en los mercados, «lugares que fan barrio e fan cidade» y representan «a proximidade, a calidade, a confianza e o agarimo».