En un deporte en el que un patrocinio pesa tanto como la pasión del deportista, el coruñés hace historia sin apoyos
06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Alén Damil (A Coruña, 2000) es un ejemplo de madurez y constancia. En una temporada en la que el viento no siempre ha soplado a su favor, logró imponerse con claridad en el Campeonato Gallego de trial en la categoría TR1. Con el título en su palmarés, afronta con serenidad el final de temporada.
-¿Cómo valora el título?
-Es un título más. Siempre hace ilusión ganar un Campeonato Gallego, y más este, tras superar problemas de todo tipo que incluso me llevaron a sopesar dejarlo y no correrlo más. Además, hay que ponerlo en perspectiva cuando uno está disputando también el Nacional.
-¿Cómo afronta el futuro?
-La próxima temporada, si se puede y hay algún patrocinador principal que ayude, correré el Nacional de TR2 y algunas carreras del Asturiano y del Campeonato de Castilla y León. En principio, doy por zanjado el Gallego en el contexto de mi carrera.
-Alude a los patrocinios. Doy por hecho que con la pasión, a estos niveles, no es suficiente.
-Efectivamente. Es imposible. O, mejor dicho, es posible, pero multiplicándome para conseguir financiación con exhibiciones, cursos... No te centras como debes para competir en la élite. Un patrocinador te asegura la temporada y hace que compitas más tranquilo.
-¿Se ha planteado irse de Galicia?
-A medio plazo no lo sé. Todavía no sé si vamos a competir o no, dentro de las condiciones que tenemos aquí. De irme, sería a Cataluña, pero no me lo he planteado todavía. Pero para luchar por el Campeonato de España y a mayor nivel, es irremediable. De todos modos, también allí hay que irse con algo que merezca la pena.
-Usted se entrena con su padre. ¿Hay rivalidad si le gana?
-Hace tiempo que le gano, je je... Algún pique que otro hay, pero digamos que más bien son diferentes puntos de vista. Y más ahora que las cosas se pusieron difíciles.
-Se refiere a las caídas. ¿Siente miedo sobre la moto?
-Es un deporte de riesgo, siempre estás en peligro. Te puedes llevar un buen golpe si bajas la guardia, pero esto no llega a desconcentrarme porque hay mucha seguridad.
-¿Esas caídas son lo peor?
-Sí, porque el parón de la recuperación incita a pensar en cosas y se hace difícil no venirse abajo.
-¿Y lo mejor?
-Cuando te sale todo. El reto es subir escalones cada vez más grandes y que hace dos días no te salían.
-Algo tendrá que ver la dedicación que le brinda al trial.
-Mi jornada empieza a las ocho y media de la mañana los días que entreno, para irme al monte desde las diez hasta que no puedo más, sobre las tres de la tarde. Después regreso a casa y descanso por la tarde. Esta es la dinámica habitual de sábados y domingos, los días en los que hago preparación con mochilero, pero durante la semana me entreno con bicicleta o voy al gimnasio... no hay día de completo descanso.
-Incluso le queda tiempo para impartir cursos a los más pequeños.
-Es todo un placer. De hecho, tengo en mente crear una futura escuela junto al Club Motomontañismo Arteixo, con la que pueda ayudar a los niños a que se inicien en este deporte. Los niños son muy receptivos. Cuando acaba el día ya preguntan cuándo es el próximo...
-Usted no tuvo esas facilidades.
-Para nada. Yo llevo haciendo esto en solitario toda la vida. En A Coruña era el único y a este nivel continúo siéndolo. Es más complicado así, porque la forma de aprender es a base de los errores propios. Pero nunca hay que desanimarse.
«Es muy duro y complicado competir contra profesionales que se dedican a esto»
Debutó arrasando en la TR1 gallega y pronto dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad.
-¿Siente usted que es el futuro del trial?
-En Galicia, sí. En Cataluña existe un nivel muy alto y es difícil competir contra rivales cuyo tiempo completo se dedica al trial y no a los estudios o al trabajo. Pero en mi caso, todo se irá viendo. De momento, iremos paso a paso, aunque tenga mucha desventaja con respecto a ellos.
-¿Afronta así el final de temporada en el Nacional?
-El final será más tranquilo, pero es muy duro y complicado competir contra profesionales que se dedican a esto. Hay que estar muy bien física y mentalmente, ya no solo para superar las zonas que se marcan, sino ya para no hacerte daño en los escalones y piedras.
-Sin embargo, usted ha perseverado, a pesar de no haber podido ir a Mallorca por falta de presupuesto y no haber acudido a Barcelona por haberse roto los dientes y el labio.
-No cabe duda de que eso lastra demasiado, pero aún queda Teruel y Valencia por delante, aunque en función de mis posibilidades, decidiremos mi participación.
-Mientras aguarda un patrocinador principal, tiene el apoyo del club.
-Pues sí. Del motoclub de Mondoñedo, pero también estoy muy respaldado por el Club Motomontañismo Arteixo, con el que tengo bastantes planes de futuro.