Cincuenta años del instituto de Monelos

Pedro Feal

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

31 oct 2017 . Actualizado a las 21:57 h.

A mediados de los años sesenta, el crecimiento demográfico y la inmigración de la población rural a las ciudades impulsó la creación de nuevos centros docentes del Estado para poder acoger al número creciente de niños y adolescentes que debían cursar la enseñanza primaria y el llamado bachillerato elemental, que constaba de cuatro cursos y solía terminarse en torno a los 14 años de edad.

En esa situación, y coincidiendo en el tiempo con la construcción del entonces novedoso y funcionalista barrio de las Flores -con un total de 2.000 viviendas-, se procedió a la creación en sus proximidades de una sección delegada del instituto Masculino (uno de los dos únicos que existían en A Coruña, junto con el Femenino Eusebio da Guarda), en virtud de la orden ministerial de 21 de junio de 1966 publicada en el Boletín Oficial del Estado del 26 de julio. Esta sección tenía carácter mixto, es decir, en ella se impartiría clase a jóvenes de ambos sexos. A este efecto se construyó un edificio de dos plantas situado en el alto de Monelos, detrás de la iglesia de Oza, con capacidad para unos 400 alumnos y cuyo funcionamiento habría de iniciarse, según la misma orden el día 1 de octubre de ese año. Por tanto, el primer curso de este centro destinado en principio a la enseñanza del bachillerato elemental -las Secciones Delegadas no impartían el bachillerato superior- se desarrolló en el año académico 1966-67. Entre los profesores se encontraba la poeta Luz Pozo Garza, que daba clase de Lengua y Literatura, y uno de cuyos alumnos, José Manuel García Sánchez, obtuvo en mayo de 1967 el cuarto premio del Concurso Nacional de Redacción. Era un más que buen comienzo para un centro de estudios que habría de dar grandes frutos a lo largo de su existencia.

De mixto a masculino

Otra orden, esta del 13 de julio de 1967 (BOE del 8 de agosto), modificó el carácter mixto de la sección, siendo convertida «por necesidades del servicio», según reza el texto oficial, en masculina. No obstante, esta circunstancia duraría poco tiempo, ya que por el Decreto 1783/1969 del 24 de julio, publicado en el BOE del 20 de agosto de 1969, se disponía que diversas secciones delegadas de todo el territorio español se transformaran en institutos nacionales de enseñanza media. Entre ellos se encontraban los de los barrios coruñeses del Agra y el propio Monelos, ambos «mixtos» en el texto legal, por cierto firmado por Francisco Franco como jefe de Estado y por José Luis Villar Palasí como ministro de Educación. De este modo, se alcanzaba ya la categoría de instituto, lo que implicaba la impartición también del bachillerato superior y el llamado, en la ley del propio Villar Palasí, COU (Curso de Orientación Universitaria). En esa época (terminó en 1974) y, siendo alumno también de Luz Pozo, estudió allí el escritor Manuel Rivas, quien más tarde evocaría su época de estudiante en Monelos en su obra autobiográfica As voces baixas. El mismo Rivas, invitado a la celebración del 25.º aniversario del centro, lo definiría en un poético texto como un «alpendre de soños», resaltando así la admirable combinación de precariedad material y creatividad intelectual que desde sus orígenes se ha venido dando en el recinto.

Desde aquellos días ya lejanos hasta la actualidad, el instituto de Monelos, coronando el monte que se elevaba en tiempos sobre el flujo del río del mismo nombre y donde hoy se encuentra el parque de Oza, ha constituido un peculiar vivero de mentes originales, entre las que se cuentan tantas celebridades de la cultura, que no me cabe citar ahora por temor a dejarme alguna en el tintero. Pero, además de las individualidades sobresalientes, del nivel medio alcanzado por aquel alpendre más o menos improvisado en su momento, da una idea el titular de la portada de La Voz de Galicia del 6 de julio de este año, cincuenta después del primer curso, en el que se menciona al instituto de Monelos como uno de los tres mejores centros de Galicia en la última selectividad.