Seis gasolineras abrieron en un año y hay más solicitudes sobre la mesa

Juan Torreiro A CORUÑA / LA VOZ

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GASOLINERA DE LA AVENIDA DE A PASAXE
GASOLINERA DE LA AVENIDA DE A PASAXE PACO RODRÍGUEZ

El área comprendida entre A Grela, Pocomaco y Alfonso Molina tendrá nuevos surtidores

30 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De la treintena de gasolineras salpicadas dentro del municipio coruñés, la gran mayoría están situadas entre el polígono de A Grela, el de Pocomaco y Alfonso Molina. Seis de ellas han abierto en los últimos meses. De seguir subiendo está apuesta empresarial, tal y como se prevé dada la solicitud de licencias, este núcleo industrial y comercial sumará en breve las 20 estaciones en un radio de unos dos kilómetros.

Sin una respuesta clara al porqué de esta concentración de gasolineras en A Grela y Pocomaco, profesionales vinculados a la actividad aluden a la combinación de usos de un polígono industrial, comercial e incluso residencial, que se encuentra radicado en una zona rodeada de viviendas y con un tránsito regular medio cercano a los 20.000 vehículos diarios.

Con epicentro en Marineda, los usuarios disponen de un amplio abanico de opciones de servicio y precios. Según los últimos datos del Ministerio de Energía, A Coruña sigue a la cabeza de las ciudades con el combustible más caro de España, a pesar tener en su territorio una de las ocho refinerías de la Península. Ningún surtidor de la zona baja del euro el litro de diésel, pero entre las opciones más caras -Pocomaco, Meicende y Elviña- y las más baratas -Carbugal, Easy Oil y Miramar Oil-, hay un máximo de 13 céntimos de diferencia, lo que supone una media de ahorro en cada depósito de casi 8 euros.

Simón, que trabaja en el centro de negocios de A Grela, lo tiene claro. «Reposto en Carbugal porque es una de las más baratas», comenta mientras se dirige al cajero a pagar. «Soy cliente desde que abrió hace unos meses. Es barata, nunca tuve problemas con el servicio y está a la salida del polígono. Para mí, perfecto», enfatiza. Es un ejemplo del nuevo perfil de usuarios de las gasolineras, más pendientes de los precios que de la fidelidad a los establecimientos.

Los profesionales del sector empiezan a estar muy preocupados por el futuro de este negocio. Su inquietud se debe a la fiebre inversora, sobre todo desde la entrada en escena de las gasolineras de bajo coste, que están cambiando el modelo de negocio, además de ofrecer precios más competitivos. La estimulación empresarial funciona y, tras la liberalización del sector y sobre todo del suelo donde plantar estos surtidores, temen que se comience a saturar el mercado.

Julio López, presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de A Coruña, asegura que están «a favor de la liberalización del mercado porque favorece y estimula la competencia, siempre dentro de la legalidad», pero advierte que echa en falta «una normativa clara» en este proceso porque «la actual situación llevará inevitablemente a la autorregulación del sector», vaticina. A su juicio, «al ritmo que vamos en número de nuevas licencias, en cinco años veremos cómo muchos se vienen abajo».

Empresarios de gasolineras tradicionales se quejan también de la «competencia desleal» que permiten las distintas Administraciones con la liberalización. «A nosotros Industria nos exige todos los requisitos de seguridad, algo que no está pasando con estos nuevos puntos porque en algunos no hay empleados», resalta Pedro Otero, responsable de la estación de Repsol en Salvador de Madariaga.