Pequeños hoteles y pensiones se beneficiarán del cierre del Riazor

b. c / r. D. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

El hotel cerró sus puertas hasta junio para transformarse en un cuatro estrellas

16 oct 2017 . Actualizado a las 09:34 h.

El hotel Riazor cerró sus puertas ayer. Lo hace, eso sí, de forma temporal y con un claro objetivo: conseguir la catalogación de cuatro estrellas. Los últimos huéspedes abandonaban ayer las instalaciones de este icónico establecimiento coruñés, con un enclave privilegiado a escasos metros de la playa de Riazor y con vistas desde sus estancias a la bahía de la ciudad.

«Llevo 20 años viniendo a este hotel, recuerdo que la primera vez era de auténtico lujo: ahora, no está mal, pero claro, se le nota el paso del tiempo más que nada en el estilo», señalaba con la maleta en la mano para irse Angélica Montes, entrenadora del club El Tejar de Fuengirola (Málaga), con la promesa de volver el año que viene a ver el resultado de la reforma, animada por «un servicio muy amable, el personal, de lo mejor», decía. Como ella, entre los últimos huéspedes se encontraban muchos llegados para el campeonato de España de patinaje. Como Gonzalo Abariturioz Redondo, del club Sobreruedas de Santander, que junto a seis adultos y once niños cogía carretera de vuelta tras unos días en el establecimiento. «No está tan mal, solo que se le ve que es de hace unos años, pero hemos estado muy a gusto», valoraba.

Con un lleno casi total, a mediodía entre los últimos huéspedes se movían ya operarios para comenzar a retirar mobiliario, como las dos grandes lámparas principales, del vestíbulo y del comedor, que volverán a colocarse en el nuevo Riazor una vez hecha la transformación.

Los hoteles coruñeses de tres, cuatro y cinco estrellas pierden, con el cierre del Riazor, 174 habitaciones. La Asociación Empresarial de Hospedaje de A Coruña (Hospeco) gestionaba hasta ayer 1.788 plazas hoteleras. El presidente de la entidad, Rafael Benito, asegura que «los clientes del Riazor se irán recolocando en otros establecimientos, tanto de la ciudad como de su área metropolitana». «El Riazor es un hotel muy arraigado a los grupos turísticos grandes, por lo que será muy complicado que huéspedes de estas características tengan plazas aseguradas en el resto de alojamientos que gestionamos», afirmó.

¿Cuál será la solución para este tipo de visitante? Rafael Benito cree que los pequeños hoteles de una o dos estrellas y las pensiones se beneficiarán de la falta de esas 174 habitaciones del Riazor. «Son locales más asequibles y están en la ciudad, por lo que podrían atraer a parte de estos clientes», señala Benito. También influye que no haya otros hoteles de características similares al Riazor en la zona. El más próximo es el Zenit, en la plaza de Pontevedra, que tiene 70 habitaciones y un porcentaje de ocupación del 90 % durante todo el año. Con toda seguridad, no podría hacer frente a la demanda.

Las actuaciones

Para conseguir la catalogación de hotel de cuatro estrellas, el Riazor tendrá que acometer diferentes trabajos en el interior y en el exterior. El más relevante será la nueva redistribución de espacios, que reducirá el número de habitaciones disponibles para el público, pasando de las actuales 174 a 165. El proyecto, por otro lado, no alterará la distribución de usos de las distintas plantas.

También se llevarán a cabo reformas en materia de accesibilidad y está previsto que se dote al edificio de servicios inexistentes hasta ahora como un gimnasio, salas polivalentes y, además, una renovada cafetería.

En las reformas se invertirá una cantidad aproximada de 3,6 millones de euros. Estará financiado por su nuevo propietario, el empresario compostelano Rafael Ferreiro. El santiagués se hizo con este icónico hotel a través de su compañía Compostela Beach este mismo año. Antes, había pertenecido a los herederos de los tres empresarios que lo fundaron a principios de los años sesenta.