Ciudad Vieja, donde el futuro nunca llega

R. GArcía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CARLOS FERNANDEZ SOUSA

Después de casi 25 años de proyectos inconclusos, los vecinos ponen ahora su esperanza en el plan de peatonalización y en el de dinamización comercial, que se adjudicará en breve

15 oct 2017 . Actualizado a las 14:25 h.

Entre el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri), encargado por el alcalde Francisco Vázquez en 1983, y el Plan de Dinamización Comercial e Estudo de Impacto Económico na Cidade Vella, que el actual gobierno municipal adjudicará en los próximos días, ha pasado casi un cuarto de siglo, pero los problemas de la Ciudad Vieja siguen siendo muy parecidos, según apuntan vecinos y representantes de distintos sectores. Una prueba de ello es que en el mes de enero de 1999, el alcalde Vázquez anunciaba que todas las calles del casco histórico serían de uso exclusivo para peatones en el plazo de tres años y que el primer paso sería la creación de un cinturón perimetral de circulación rodada en la zona y la instalación de bolardos y barreras móviles que los vecinos podrían enterrar utilizando una tarjeta. La falta de fondos europeos dio al traste con aquel proyecto que fue retomado en el verano de 2014 con una primera fase por la que solo pueden estacionar en la Ciudad Vieja sus residentes.

El efecto Parrote. El nuevo túnel del Parrote «se lo cargó todo». Así de rotundo es el anticuario Juan Olives a la hora de valorar la situación de la Ciudad Vieja al considerar que el barrio quedó muy aislado a causa de una vía que, en su opinión, no era necesario construir. Pero no ha sido solo el túnel lo que ha condicionado a los vecinos, sino también el aparcamiento de la zona, ya que algunos de ellos habían comprado plazas y se vieron afectados por los años que estuvo paralizada la obra del párking. La adquisición la hicieron hace más de una década, precisamente en previsión de que no pudieran estacionar en las calles del casco antiguo.

 La situación de las instalaciones de La Solana y del hotel Finisterre es otra de las cuestiones que afecta a los vecinos de la Ciudad Vieja, alguno de los cuales se muestra especialmente molesto por el hecho de que en estos momentos «teñan convertidos os xardíns da Solana nun aparcamento privado cheo de coches».

«¿Quién pone un negocio en una calle con el 12 % de pendiente?» «Ahora mismo debemos tener casi 40 arquitectos en la Ciudad Vieja», asegura Adolfo López, el presidente de los comerciantes. Y algunos de ellos apuntan datos sobre la situación del barrio, pero consideran que es necesaria una reflexión serena para aportar soluciones y por ello solo apuntan algunas cuestiones como: «¿Quién pone un negocio en una calle con el 12 % de pendiente?» Es el caso de Nuestra Señora del Rosario, donde efectivamente no hay ningún negocio.

La falta de supermercados y de comercios es una de las carencias que plantean los vecinos. «Hay muy pocas tiendas, un par de ellas pequeñas», señala Pedro Fernández, presidente de la asociación de vecinos y detalla: «La gente va al mercado de San Agustín, por eso hace falta un estudio serio porque yo creo que se va a reactivar el pequeño comercio».

Ese estudio ha sido licitado por el gobierno local, y esta semana concluyó el plazo de presentación de propuestas. Será adjudicado en los próximos días.

Rehabilitaciones de edificios. Los cambios en el tejido urbano de la Ciudad Vieja es otra cuestión que apuntan los arquitectos y se concreta en lo que llaman «centrificación»; esto supone que «una familia se coge un edificio entero y lo reforma, pero esa no es una rehabilitación vivida, ya que en el bajo no van a poner ningún negocio». Esta tendencia supone la conversión en zona residencial del casco antiguo, una posibilidad ante la cual algún vecino comenta: «¿Y por qué no?»

Pero entre las rehabilitaciones, y los inmuebles cuyas ruinas parecen haberse eternizado, como el número 3 de la calle Damas, lo que preocupa a los vecinos son las calles en mal estado: «Está previsto reparar Cortaduría, Damas y la del Rosario, que es la que tiene más problemas arqueológicos, porque ahí es donde acababa la muralla antigua», dice Pedro Fernández.

Más del 12 %, extranjeros. Entre las sorpresas de la Ciudad Vieja está que el 12,6 % de la población es extranjera, ocho puntos por encima de la media. Uno de los problemas con los que se encuentran es que solo el 20 % de la zona tiene instalación de gas natural y fibra óptica. Con todo ello, parece que la Ciudad Vieja es un lugar a donde el futuro nunca llega.

Primeros pasos por un espacio libre de coches

«La idea es que la peatonalización empiece el próximo año», explica el presidente de la asociación de vecinos, Pedro Fernández. Y detalla: «El martes tenemos una reunión en Urbanismo para hablar de esto y parece que hay ya un plan avanzado para el primer trimestre del próximo año. Ahí nos van a explicar lo que está previsto».

De todos modos, desde la entidad vecinal hay un trabajo previo sobre la solución a la retirada de los vehículos de las calles de la Ciudad Vieja y va en la línea de «meter los coches en los párkings de alrededor, en los que se puede disponer de plazas», explica Fernández. Los principales son los de la plaza de María Pita, el Parrote, la Maestranza y, el más alejado, el Marina-Coruña cerca del dique de Abrigo. Los responsables de esos aparcamientos «están dispuestos a negociar precios en función del volumen de coches; es algo que está hablado», indica el portavoz vecinal, que también alude a que en superficie hay espacios donde habrá que restringir el uso de los vehículos, «porque la salida de los coches de la Ciudad Vieja incluye la Maestranza».

Sobre la peatonalización, Pedro Fernández resume que «hace falta un planteamiento global, verlo todo en conjunto: restaurar, peatonalizar y hacer viable la movilidad, empezando por un buen transporte público».

Del Pepri y los fallidos proyectos de mejora del casco antiguo hasta el efecto Inditex

En el principio era la Ciudad Alta, que en los años 80 volvía a recordar la escritora Luisa Villalta en uno de sus poemarios. Era entonces cuando el decaimiento de la zona empezó a generar planes de recuperación.

1983

Encargado el Pepri. Llevaba pocos meses en el cargo cuando el alcalde Francisco Vázquez encargaba la elaboración del Plan Especial de Protección y Reforma Interior, el Pepri, para recuperar el casco antiguo de la ciudad y facilitar su conservación.

1998

Primera aprobación. El pleno municipal, tras no pocos debates, le da el primer visto bueno, en el mes de diciembre, un trámite que concluiría al año siguiente.

1999

«Esto es el cuento de nunca acabar». Era la afirmación del entonces presidente de los vecinos de la Ciudad Vieja, Luis Rey, que resumía así el deterioro de la zona: «Las fachadas no se esconden, el pavimento no se esconde, los cables no se esconden. Todo eso está a la vista del visitante, tanto coruñés como extranjero. Es una vergüenza».

2000

Sin el plan Urban. La Unión Europea acuerda no incluir el proyecto de reforma del casco antiguo en el Plan Urban. Ese proyecto preveía la peatonalización de la Ciudad Vieja en los siguientes tres años. «Si hay millones para un Millennium y para un Ponte Vecchio acristalado los tiene que haber para la Ciudad Vieja», argumentaban los vecinos.

2014

Primera fase de la retirada de automóviles. Se puso en marcha en verano y solo los residentes y comerciantes tienen permiso para estacionar en el barrio. El Ayuntamiento facilitó las tarjetas. La segunda fase estaba pendiente de las obras del Parrote.

  

2017

Tres años de espera. Esa segunda fase lleva tres años de espera, en los que ha emergido el efecto Inditex con un buen número de empleados de la firma que se han ido a vivir a la zona.