La intervención en San Diego se convierte en la nueva batalla

D. v. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Desde AJE se pide una alternativa productiva para esa zona

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Superado el escollo de que el suelo de La Solana y los muelles de Batería y Calvo Sotelo queden como públicos, el nuevo caballo de batalla entre Administraciones pasa ahora por San Diego. La propuesta residencial que había para la zona, con el objetivo de que la venta del suelo pague las obras del puerto exterior, levanta ampollas en María Pita. El alcalde, Xulio Ferreiro, cuestionó que desde la Xunta pretendan «arrogarse» competencias de ordenación urbanísticas y reclamó una «solución global» para el litoral. Además, pidió que esta pase por una quita o nuevos fondos para financiar Langosteira sin «hipotecar a cidade» y consideró que quedan muchas incógnitas sobre San Diego, pero que la «cidadanía non vai permitir que sexa obxecto dunha poxa».

Frente a esa postura, los populares agradecieron los compromisos avanzados por Núñez Feijoo y José Llorca y piden al gobierno local que «reme a favor» de lo que denominaron como «gran proyecto para la ciudad. Es momento de que abandone la confrontación», consideran.

Desde el PSOE, su portavoz, José Manuel García, cuestionó también que el presidente de la Xunta se arrogase competencias sobre suelos que son del Estado. «Es importante mantener el respeto institucional. Si es el emisario de Fomento, que lo diga, pero quien debe decidir aquí es el ministerio, el ADIF y María Pita. El mensaje es contradictorio cuando el Puerto no ha querido la compra de La Solana», dijo y defendió que para San Diego «hay un plan realizado por el mejor urbanista, es cierto que se deberá bajar el uso residencial, pero el Plan Busquets es intachable».

El BNG, por su parte, cuestionó que se siga apostando, aún con la crisis inmobiliaria, por la contrucción residencial.

Por su parte, desde los promotores inmobiliarios, el gerente de Aproinco, Juan José Yáñez, optó por la prudencia y explicó que no se van a pronunciar hasta que no se sepa con certeza el plan para San Diego. Desde la Asociación de Jóvenes Empresarios, su presidente, Miguel Miragaya, apuesta por un acuerdo entre Administraciones que haga viable la financiación de un motor económico como Langosteira con el uso de los muelles. Sin embargo, expresa sus dudas sobre la propuesta residencial. «En estos momentos, quizás, sean más necesarios otros usos y se podría optar por un desarrollo empresarial o industrial», cree.

«Non queremos ser moeda de cambio»

Luisa Varela, presidenta de la Federación de Asociacións Veciñais, se decanta porque «volten todos á cidadanía, que non se especule cos terreos, se queren construír que fagan algo para uso dos veciños, algo máis acorde cos tempos que vivimos». De la misma opinión es Paulo Sexto, presidente de la asociación vecinal de Oza-Gaiteira-Os Castros, quien cree que «o colectivo veciñal non queremos ser moeda de cambio, senón que todos os peiraos sexan propiedade pública e que creen riqueza». Milagros Vieites, de la asociación San Diego-Os Castros, consideró que caben actuaciones de los dos ámbitos. «Mellor era poder facelo mixto, porque a ver de onde sacan os cartos para o porto exterior», se preguntó.

De los edificios emblemáticos de Busquets al distrito productivo e innovador que plantea Ferreiro

A partir del 2004, la decisión de construir punta Langosteira abrió un nuevo escenario para A Coruña, que en cuestión de décadas podría recuperar su emblemático puerto interior para uso ciudadano al trasladarse las actividades económicas y productivas a la dársena exterior. A Coruña no era la primera ciudad que se planteaba un desafío de esas características: Londres, Baltimore, Bilbao, Glasgow... y otras muchas urbes del mundo han reconvertido sus antiguos espacios industriales en nuevas zonas públicas y residenciales. Pero el debate en A Coruña aún continúa más de una década después, y cada vez parece más probable que los planes definitivos de la nueva fachada marítima no estén finalizados hasta poco antes de que las máquinas entren en los antiguos muelles de la ciudad.

El plan Busquets

Las nuevas galerías. Los gobiernos del PSOE encargaron al urbanista Joan Busquets el diseño de la nueva fachada marítima. El urbanista barcelonés puso sobre la mesa una plan ambicioso, con el fin de convertir el antiguo puerto en «unas nuevas galerías del siglo XXI». Estarían situadas en los muelles de Calvo Sotelo y Batería, donde planeó el soterramiento del tráfico, la ampliación de los jardines, y la construcción de seis nuevos edificios singulares, acristalados y de nueve alturas como máximo, que se dedicarían a oficinas y fundaciones.

La Ciudad de la Justicia. Una de las propuestas era situar allí la Ciudad de la Justicia, una ampliación de los juzgados de la ciudad que ya no será necesaria al finalizar la remodelación de la Fábrica de Tabacos. Busquets también planteó la posibilidad de levantar un hotel de calidad, si había demanda de mercado, y un museo marítimo, un proyecto al que se ha adelantado Vigo.

El lago del Centenario. En el muelle del Centenario, que continuará más tiempo con actividad portuaria, planteó la posibilidad de organizar actividades lúdicas, incluso con un lago artificial; y en San Diego planteó un gran parque central, la construcción de numerosas viviendas, en bloques de seis y hasta diez alturas, y un distrito empresarial vinculado al conocimiento y la innovación. La estación de San Diego se aprovecharía para el tren de cercanías y un metro ligero.

La etapa del PP

El plan general. Aunque con algunos cambios, el anterior ejecutivo local mantuvo la planificación heredada en materia urbanística. En el 2013 se aprobó el nuevo PGOM, que recogía en esencia esos planes. Claro que la reforma concreta de los antiguos muelles dependía, y todavía depende, de la puesta en marcha de los planes especiales de desarrollo para esos espacios, que todavía están por redactar y aprobar.

  

El distrito azul

Menos edificabilidad. El gobierno de la Marea puso sobre la mesa la necesidad de revisar los convenios del 2004, que preveían pagar la deuda de Langosteira con la urbanización de los antiguos muelles. Sus planes para el puerto todavía no se han concretado, pero mantienen elementos del proyecto de Busquets, como los espacios dedicados a la innovación y la productividad en San Diego, el llamado Distrito Azul. La Marea, que también ha propuesto un Museo de la Emigración al lado de la nueva alameda, que seguiría llegando al borde del agua, sí ha subrayado que quiere reducir la edificabilidad y apostar por más zonas verdes y de uso común.

¿Qué uso le daría a los muelles interiores? Haga sus propuestas en www.lavozdegalicia.es