Una pelea, dos locales llenos y jóvenes durmiendo en la acera a la 1 de la tarde
A CORUÑA CIUDAD
Así transcurrió la mañana del domingo entre el paseo marítimo y Juan Canalejo
25 sep 2017 . Actualizado a las 16:43 h.Domingo. Una de la tarde. Es la hora del aperitivo, pero no apetece. Entre la calle Juan Canalejo y la avenida Barrié de la Maza «es mejor quedarse en cama y no ver lo que hay en la calle». Y lo que hay es suciedad, gritos, una pelea, dos jóvenes durmiendo en la acera, hombres y mujeres drogados o borrachos y establecimientos hosteleros con la clientela dentro y fuera, así como decenas de denuncias encima. Ya sea por exceso de ruido, por tener licencia de cafetería cuando funcionan como after... Se mire a donde se mire, hay desmadre.
En esa zona del Orzán, en cuestión de diez minutos (entre las 12.45 y 12.55), sin cambiarse de manzana, pasó y se vio de todo. Un hombre salió al encuentro de un coche patrulla del 091 que circulaba por Juan Canalejo para pedir a los agentes que lo calmen, que «si no me cargo a esos». Se refería a un grupo de toxicómanos, como él, que minutos antes se habían peleado.
A solo diez metros, sentado en la acera y con la espalda apoyada en el escaparate de una panadería, duerme un joven. Todo el mundo repara en él, pero nadie se interesa por su estado. Casi enfrente, una docena de chicas y chicos tomando el aire en la puerta de uno de los establecimientos más denunciados por los vecinos. Gritan.
En la vía paralela, en pleno paseo marítimo, más de lo mismo. Nada ha cambiado en ese local tan denostado por el vecindario pese a que el viernes por la mañana recibió la visita de la Policía Local para sancionar a algunos clientes con droga encima y proponer la apertura de un nuevo expediente por funcionar con una licencia que no le corresponde.
Todas estas cosas sucedieron el mismo día en que La Voz tituló en su primera página de local: «Vecinos del Orzán, en pie de guerra por las molestias de los after». Quienes ponen nombre, rostro y motivo a la noticia son miembros de la asociación vecinal Ensenada del Orzán. Ayer, como todos los fines de semana desde hace ya muchos años, solo había que levantar la vista del periódico para ver que todo lo que denuncian es cierto.