Una frágil alianza entre la Marea y el PSOE inaugura el curso político

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Los dos partidos aprueban hoy incorporar 3,6 millones de Emalcsa al presupuesto

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer pleno ordinario del curso político estará hoy marcado por la frágil alianza entre la Marea y el PSOE forjada durante los meses del parón veraniego.

Alianza porque ambos grupos aprobarán incorporar 3,6 millones de euros al presupuesto tras alcanzar un acuerdo que dejó fuera de juego al PP y al BNG, que acusó al gobierno local de incluir propuestas «totalmente opostas» a su propio programa electoral.

Alianza también porque ambos grupos ya han llegado a un acuerdo para aprobar otro cambio en el presupuesto que afecta a partidas por tres millones de euros.

Frágil porque el PSOE y la Marea comparten una larga historia de desencuentros, que ya dio al traste con los acercamientos que se dieron también por estas fechas en los dos últimos años.

Frágil también porque aún debe superar los principales desafíos políticos que asoman en el horizonte: más cambios en las cuentas de este año, la reforma de las ordenanzas fiscales en las que ambos partidos difieren en si se debe bajar el IBI, como sostiene el PSOE, o mantenerlo, como ha defendido la Marea.

Pero frágil, por encima de todo, por la necesidad de negociar los presupuestos del 2018.

La elaboración de las cuentas fue el iceberg que causó el hundimiento final de los acercamientos Marea-PSOE en el 2015 y el 2016.

Este año podría ser diferente por varios motivos. Ha cambiado uno de los protagonistas: José Manuel García fue nombrado portavoz del PSOE en febrero, dirigirá la negociación presupuestaria por primera vez y ha insistido en que hará lo posible para que, tras dos años de retrasos, se aprueben en la fecha reglada.

Otro motivo es precisamente ese, los dos años de aprobaciones de las cuentas en mayo, con cinco meses de retraso. Esa circunstancia se ha traducido en una caída récord de la inversión municipal. La del año pasado fue la más baja de la década, y el Ayuntamiento dejó en caja 62 millones de euros. La de este año va por ese mismo camino, a 5 de septiembre se habían ejecutado 2,9 millones de los 38,5 presupuestados en el capítulo de inversiones. El temor a llegar con cifras similares al 2019, el año de las municipales, podría estimular también la voluntad negociadora de la Marea.

Si la alianza sobrevive a esos trances podría darse por consolidada, pero su duración podría ser muy corta, ya que las armonías entre partidos se agrietan ante la proximidad de las elecciones.

La frágil alianza también podría verse sacudida por otros dos asuntos, que dependen más de la iniciativa del gobierno local que los citados trámites económicos, cuyos plazos están marcados por la normativa. Son el futuro urbanístico de los muelles interiores, que el gobierno local quiere cambiar, y la formación del área metropolitana, que Xulio Ferreiro convirtió en una de sus grandes iniciativas antes del verano.

Hasta la fecha, el PSOE ha respaldado con matices la postura de la Marea sobre el puerto, pero no ocurre lo mismo con el área metropolitana. Los socialistas coruñeses han insistido en que la Marea debe pactar con ellos cualquier avance antes de que respalden el inicio oficial de la formación del área, y son muy reacios a apoyar cualquier decisión que debilite el liderazgo que, a su juicio siguiendo la tradición del partido local, A Coruña debe ejercer tanto en materia económica como política en el conjunto de los ayuntamientos de la zona.

El pleno de hoy también estará marcado por la polémica sobre la adjudicación de la cárcel provincial a Proxecto Cárcere. El BNG no ha entrado en ella y ha celebrado que se abra el edificio al público e instado al gobierno local a buscar su cesión definitiva al Ayuntamiento. Pero el PP primero y los socialistas después han denunciado que las bases del concurso se hicieron «a medida» de esa entidad. Los conservadores han presentado una moción para exigir explicaciones al alcalde, Xulio Ferreiro, que no ha dado una rueda de prensa desde que estalló el asunto.