Isabel Candal, su sonrisa amable sigue en el corazón de los vivos

Manuel Vilaboy Ramil

A CORUÑA CIUDAD

03 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya algunos años, hablando con Isabel, debido a la infinita amistad que me une con sus padres y con la familia, me decía sonriendo que para todo en la vida hay que tener constancia, mucha paciencia e intentar hacer las cosas lo mejor posible todos los días del año, a pesar de los errores y los estados de ánimo. Pienso que así era Isabel, una sonrisa amable, tranquila, dulce al hablar y con ese preciso trato de humanidad, que por desgracia, en este mundo escasea bastante. Por todo esto y mucho más, creí conveniente escribir estas palabras de reconocimiento público a Isabel y a toda una vida de ayuda a los demás y principalmente a la familia.

Isabel nació en Vigo en 1955, aunque por raíces familiares siempre se consideró nativa de Tui; en 1965 se traslada a A Coruña y estudia en las Josefinas y en los Jesuitas; en 1972 comienza sus estudios de Medicina en la Universidad de Santiago y en el año 1978 los finaliza y se traslada a A Coruña ejerciendo en el antiguo Hospital de Labaca. Le ofrecen desde el Centro Oncológico de Galicia la formación en la especialidad de medicina nuclear y obtiene el título de médico especialista en 1982. A partir de ahí trabaja en estrecha colaboración con los doctores Paulino Pais y Camilo Veiras.

En el 2008 obtiene la categoría de jefe clínico. A lo largo de este período participa como especialista relacionada con patologías tiroideas y en la especialidad de mama. Es también socia fundadora de la Sociedad Gallega de Medicina Nuclear.

Desde hace siglos en la isla de Córcega se dice cuando alguien fallece que los muertos al final no están en el cementerio, están en el corazón de los vivos. Isabel estará en nuestros corazones a buen recaudo. Dios, tu madre, tu marido, tu hijo, tus familiares, tus compañeros y compañeras, los pacientes del Centro Oncológico de Galicia, y tus amigos sabemos que tienes el cielo bien ganado, Isabel.