María Pita convocará al personal de limpieza tras 17 días de tira y afloja

A una semana de que arranque la huelga de los servicios municipales de limpieza y recogida de basuras, a María Pita se le ha empezado a poner cara de crisis. El gobierno local está revisando las medidas administrativas que podría tomar en caso de que el paro se materialice, incluyendo los servicios mínimos, y varios altos cargos ya prevén retrasar sus vacaciones. Esos movimientos indican que la resolución del conflicto abierto con el Sindicato de Traballadores da Limpeza (STL) se antoja difícil, a pesar de que ambas partes insisten en que las reivindicaciones del sindicato no deberían ser un obstáculo.

Pero los primeros encuentros indican todo lo contrario. El alcalde, Xulio Ferreiro, y la concejala de Medio Ambiente, María García, se reunieron ayer con los miembros del comité de empresa de Cespa afiliados al STL, que tiene la mayoría con 11 de los 13 delegados. El encuentro resultó «frustrado», explicó el regidor, ya que los miembros del comité negaron tener poder alguno para frenar la movilización, que arrancará a las 00.00 horas del día 11.

El paro ha sido convocado por el propio STL, pero no por el comité, que se ha limitado a secundarlo. Por tanto, como explicó su presidente, el gobierno local debe negociar con el comité de huelga. A su frente está el secretario general del sindicato, Miguel Ángel Sánchez. Ferreiro anunció que formará una comisión negociadora de inmediato, y que se convocará a Sánchez «coa máxima urxencia». Esa reacción se produce tras dos semanas de tira y afloja con el sindicato, que ya el 17 de julio anunció la posible convocatoria de una huelga.

En estas semanas pasaron por María Pita los secretarios generales de UGT y CC.OO., que no tienen representación en el comité de Cespa, pero el gobierno local no telefoneó a Sánchez hasta ahora, a pesar de que él mismo firmó la convocatoria de huelga indefinida presentada el lunes.

Ferreiro insistió en que están dispuestos a atender la principal reivindicación del STL, que se garantice el mantenimiento del empleo y las condiciones de trabajo en los pliegos de los concursos de limpieza viaria y recogida de basuras; pero los trabajadores desconfían porque en otras contratas, como la de zonas verdes, se han producido despidos.

Pero también añadió que no ve motivos para la huelga, y que le cuesta saber qué problemas reales causan el malestar del STL.

El alcalde anunció además que los pliegos se someterán a exposición pública en septiembre y que están dispuestos a atender las propuestas del sindicato y otros actores. Su tono fue más suave que el del concejal Alberto Lema, que esta misma semana acusó al sindicato de defender los intereses de la empresa; o el de la Marea, que les reprochó lanzar acusaciones infundadas.

También negó que hubiesen puesto condiciones para la reunión de ayer. El STL denunció que el gobierno local pretendía verse con todo el comité, que incluye a dos delegados de CIG - que no habían solicitado asistir y ayer no lo hicieron-. De hecho, la respuesta que les dio Alcaldía decía que la reunión sería con «todo o comité». Pero ayer el alcalde negó que se tratase de una condición y señaló que solo se trataba de una formalidad.

Entre medio de esos tira y afloja han pasado las dos últimas semanas de julio. Queda una semana para evitar una huelga a la que están llamados más de 400 trabajadores, y que estallará en medio de las fiestas de agosto, durante la celebración de los conciertos del Noroeste Pop Rock y justo antes de un fin de semana clave para la hostelería coruñesa.

«Ganamos la escoba de oro con estos trabajadores y ahora la ciudad parece una selva»

El secretario general del STL, Miguel Ángel Sánchez, fue entrevistado ayer en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. Sánchez, que estuvo acompañado por el presidente del comité de Cespa, Fabian García, fue muy crítico con el gobierno local. «Los únicos perjudicados por la nefasta gestión que se está haciendo de la limpieza son los ciudadanos», dijo antes de pedir disculpas por las molestias que puede causar una huelga que «no queremos, porque también somos vecinos de la ciudad y vamos a perder un día de sueldo y de cotización por día de huelga». Sánchez destacó el mal estado de las calles de A Coruña, un problema del que culpó a la Marea: «Con esta empresa y estos trabajadores ganamos la escoba de oro, y ahora crecen las hierbas por las aceras como si fuese una selva». La ciudad, dijo gráficamente, está «llena de mierda», un extremo que a su juicio el gobierno local está intentando «minimizar ante los ciudadanos» haciendo aseveraciones «de un nivel de ignorancia que llegan al absurdo». También retó al alcalde a explicar la diferencia salarial entre los empleados de Cespa y los de las nuevas contratas que están licitando: «Son 700 euros, están precarizando el empleo, y que eso lo haga un gobierno municipal...».

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