La paella conquista el país del sancocho

m. cedrón / m. pedreda REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El cocinero coruñés Adolfo Miró triunfa en Colombia con platos españoles y su empresa de cátering

02 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay quien no haya ido «de paseo» por Colombia que no haya probado un buen sancocho. Típico de la cocina latinoamericana, este caldo de carne y verduras es heredero de las recetas que llegaron con los conquistadores. Pero ahora al bendito «platillo» le ha salido una competidora: la paella. Y a la zaga le andan el pulpo a la gallega o los mariscos. El que ha dado el primer paso para conquistar los paladares de las clases medias o altas del país sudamericano es el gallego Adolfo Miró, un cocinero de A Coruña que hace más de diez años se mudó con su mujer colombiana a Cúcuta. En esa urbe, capital del departamento Norte de Santander, montó hace unos meses una empresa de cátering junto a Ricardo Sandoval. Primero fue su profesor en la escuela de cocina Amaltea. Ahora son socios de una compañía que va viento en popa o, mejor, sube como el suflé o las claras a punto de nieve.

La idea que tuvieron fue aprovechar el nicho de mercado que les ponía en bandeja la cultura colombiana. Al contrario de lo que ocurre en Galicia, donde el disfrute es en la calle, en Colombia, fundamentalmente en algunos estratos sociales, «las celebraciones las organizan en casa», explica Miró. Razones de seguridad, aunque el país ha empezado a cambiar y cada vez le va mejor.

Lo que ofrecen es ponerle la comida o la cena en la mesa desde su propia cocina. ¿Han de organizar un buen ágape? Allá van ellos a cocinar. Y no pasa nada por no estar equipados con lo necesario para preparar los platos, de eso se encarga la empresa. «Como una semana antes vamos a la casa, vemos qué es lo que hay y luego hacemos una propuesta de menú en base al número de comensales o lo que quieran», añade a través del teléfono desde Colombia.

El sábado pasado, por ejemplo, estuvieron en una casa en la que prepararon un almuerzo para ocho personas. Lo que hicieron fue un menú variado: langostinos a la parrilla con espumoso de patata, pechugas rellenas de espinacas con salsa de tres quesos, arroz de almendras, ensalada de espinacas... Lo diferente gusta mucho en un país en el que comen mucha carne como es Colombia. Lo que ellos hacen es una mezcla de sabores que escapan a las recetas tradicionales del país.

Uno de los platos que más demandan y que llama la atención es la paella, porque, como añade, «aquí están acostumbrados a comer mucha carne. De ahí que pidan también mariscos o otros platos de nuestra cocina». 

Ahora profesor

También va a empezar a dar cursos en la escuela que lo formó de cómo se hace una buena paella. Elaborarla tiene sus trucos. Hay que cogerle el punto. No solo el de sal. Pero, además, sus platos gustan tanto que han despertado el paladar de los directivos de la Cámara de Comercio de Cúcuta. «Probaron los platos, les gustaron, y ahora nos han llamado para que les hagamos un menú con todo lo que hacemos para poder encargarnos el cátering de los eventos que puedan realizar», cuenta.

Al otro lado del océano aún es temprano, pero pronto empezarán a cocinar. Los buenos platos son hechos a fuego lento. Hay que empezar pronto. ¡Que aproveche!.