Nadie despidió a María del Rosario

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

A. M.

El empleado de una funeraria esparció las cenizas de la mujer, que apareció momificada, en el jardín de beneficencia del cementerio coruñés

08 jul 2017 . Actualizado a las 11:13 h.

Aunque María del Rosario haya salido en los telediarios y se hayan escrito páginas en los periódicos sobre su muerte, nadie acudió a despedirla. Nadie rezó por ella. Ni una misa, ni una esquela. Solo un hombre, con gesto serio y vestido con el traje oficial de una funeraria, acompañó ayer sus cenizas hasta el cementerio coruñés de Feáns para esparcirlas sobre el pequeño jardín dedicado a los que mueren solos. A esto se redujo el acto fúnebre de una mujer que estuvo muerta en su casa nada menos que siete años sin que absolutamente nadie se enterara. Una vez descubierto el cuerpo, tampoco apareció familiar o amigo alguno que quisiese ocuparse de sus honras fúnebres. Como si no hubiese fallecido o, peor aún, como si no hubiese nacido.

María del Rosario no tuvo una vida para terminar así. De lo poco que sus vecinos han podido averiguar, fue una mujer con trabajo estable, sin malos hábitos o vicios inconfesables. Lo peor que se escuchó de ella en estos días en su vecindario de la avenida Miguel González Garcés de Culleredo es que era «muy poco habladora, a veces hasta seca». Punto. Pero tuvo muy mala suerte. Tras perder a su madre, con la que vivía, no tardó ni tres meses en morir ella, según suposición de los investigadores. En el pasillo de su casa, víctima de una enfermedad que no se pudo concretar.

Sus bienes todavía pueden ser reclamados por sus familiares

En el momento de repartir una herencia, son muchos los factores que entran en juego. Y existe todo un entramado legal para determinar quién tiene derecho a heredar sus bienes. Que se tenga derecho no significa que se merezcan. Para que dichas propiedades vayan a parar a manos de quienes el fallecido deseaba se necesita un testamento. Si no, todo queda en manos de la orden de sucesión hereditaria.

PARA SABER MÁS

En el caso de María del Rosario, no hay testamento. ¿A quién irán a parar sus bienes? Si no estaba casada, no tenía hijos ni hermanos y sus padres habían muerto, en estos casos, habría que averiguar si tiene sobrinos. Si es así, estos podrían reclamar sus propiedades. Para ello, tendrían que acudir al juzgado. No les hace falta demostrar más vínculo con ella que la consanguinidad.