«El cáncer no es una enfermedad, son más de cien distintas»

R. d. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

La investigadora del Inibic estudia la generación de fármacos a la medida para inhibir las metástasis

07 jul 2017 . Actualizado a las 18:41 h.

Angélica Figueroa (Madrid, 1974) dirige el grupo de plasticidad epitelial y metástasis en el Instituto de Investigación Biomédica A Coruña (Inibic) del Chuac, al que llegó en el 2009 tras doctorarse en biología molecular y trabajar en centros punteros de Australia, USA y Londres. Invitada por la Fundación CorBI, ayer habló en el Muncyt de los desafíos de la investigación oncológica.

-Como las metástasis, ¿no?

-Sí, es uno de nuestros grandes retos porque las metástasis son las causantes del 90 % de las muertes de los pacientes con cáncer.

-Entonces frenarlas es casi la solución definitiva.

-Podría parecer así de fácil, pararlas y listo. Pero no. El cáncer no es una enfermedad, son más de cien enfermedades distintas. Al igual que en las patologías infecciosas no es lo mismo una gripe que una neumonía o una hepatitis C, y todo el mundo identifica que son patógenos distintos, en el cáncer hay una realidad común, un desorden celular, pero muchas enfermedades diferentes. No es lo mismo el de colon, que una leucemia o un neuroblastoma cerebral. Es distinto en función del órgano al que afecta, e incluso en un mismo órgano puede haber distintos tipos.

-¿Y ustedes investigan...?

-Gracias al avance científico se sabe que hay alteraciones genéticas importantes que influyen en ese momento en el que un tumor benigno pasa a ser maligno. Investigamos esas alteraciones para crear fármacos, para tratar moléculas específicas que están involucradas en cada cáncer. El concepto es crear terapias de precisión o personalizadas.

-¿Una quimioterapia a la carta de cada paciente?

-Algo parecido. Hoy tenemos la quimioterapia, que se dirige a parar el crecimiento celular, pero en las tumorales y en las que no lo son, con muchos efectos secundarios. Con la terapia dirigida queremos actuar solo sobre las moléculas alteradas. En el Inibic estamos identificando esas moléculas en cánceres de origen epitelial, de pulmón, colon, gástricos... e intentamos hacerlo además en estadíos muy tempranos: no solo cuando crecen, sino cuando comienzan a cambiar de forma y van a migrar a otras zonas. El objetivo es desarrollar compuestos químicos que puedan inhibir ese cambio.

-¿En qué punto están?

-Los nuestros son ensayos preclínicos, en modelos in vitro y en animales. Son muy importantes porque sentarán las bases para los ensayos en humanos y hay que tener en cuenta que el mayor porcentaje de fracaso en los ensayos clínicos se da en oncología.

-¿Manejan algún plazo para dar con un fármaco?

-Primero hay que tener claro que investigamos en una posibilidad para unos tumores y unos pacientes. Nunca tendremos un fármaco que cure todos los cánceres. Y el proceso para que llegue a aprobarse un medicamento es largo, de años. Nuestros resultados in vitro parecen tener efectos antitumorales. Pero lo importante es seguir investigando, porque la vía será dar con cócteles de fármacos específicos para cada molécula.