«Nuestros alumnos serán mañana jugadores en un mundo global»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

cedida

Está al frente de una organización de 23 colegios en 15 países, y cree que «los niños son niños en todos los sitios»

03 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas personas tienen una visión tan global y a la vez cercana de la educación como Jorge Segovia, presidente de SEK Internacional, una organización independiente que cuenta con 23 colegios y 2 universidades en 15 países de tres continentes, entre ellos el centro Eirís de A Coruña. Segovia presume de que su familia lleva 125 años dedicada a la educación, y de mantener en todo este tiempo unos valores que pasan por Ser Mejores, el lema de los centros de todo el mundo.

-¿Qué tienen en común los colegios SEK Internacional de Miami, Perú, Hungría o Sudáfrica con el Eirís coruñés?

-Unos valores y una calidad similares. Nosotros seguimos esa máxima de pensar globalmente y actuar localmente: respetamos las tradiciones de los lugares donde estamos presentes, pero creemos que nuestros alumnos de hoy serán mañana jugadores en un mundo global [global player es un término económico para designar a compañías que son una referencia en todo el mundo] y hay que prepararlos para eso. Tienen que tener la mente abierta y asimilar lo que los demás les puedan ofrecer.

-¿El conocimiento pasa a un segundo lugar en el aprendizaje?

-No se trata de que solo tengan conocimientos. No creo que ese sea el mejor aprendizaje, aunque tampoco creo que se pueda aprender sin ningún conocimiento. Está bien que se aprendan cosas, que se memoricen y se sepan, aunque las puedas consultar en Internet, pero no se debe olvidar que el trabajo futuro valorará la posibilidad de relacionarse con los demás.

-¿Hay muchas diferencias entre un niño de Sudáfrica y uno de A Coruña?

-Los niños son niños en todos los sitios. Hay que derribar esos dogmas: no hay niños más tontos o más listos por nacer aquí o allí. Nosotros rechazamos toda la terminología excluyente y creemos que la mejor manera de superar este tipo de barreras es a través de los intercambios con otros países, que fomentamos en nuestros centros.

-Su lema es Ser Mejores. ¿Qué significa?

-Cada vez se valora menos ser mejores. Pero nosotros no queremos que nuestros alumnos sean mediocres. Queremos que sepan más, que crezcan. Pretendemos que nuestros colegios sean una referencia ahí donde estén. Y aunque con el tiempo cambien los recursos o las leyes, esos valores se mantengan. Nuestro alumno es aquel que tiene una mente abierta, tolerante, y dispuesta al aprendizaje siempre, con voluntad de mejorar durante toda su vida; por supuesto, que maneje idiomas, el inglés como mínimo, pero también un tercer o cuarto idioma [además del suyo propio].

-Las cosas han cambiado. Por ejemplo, los profesores. Usted lo es. ¿Cómo cree que son ahora los maestros?

-En general, en todos los países, veo que los profesores son mejores pedagogos, pero, y repito que es una tendencia general, creo que tienen menos capacidades básicas. Nos encontramos con frecuencia que en el proceso de admisión los aspirantes presentan expedientes brillantes pero después cometen faltas de ortografía. Evidentemente, el estilo SEK busca compaginar las destrezas pedagógicas con capacidades básicas muy asentadas.

-Hable de Eirís. ¿Hacia dónde va el futuro del centro?

-Nosotros vemos este colegio como un colegio urbano. Eso supone todo un reto, porque los espacios se hacen cada vez más necesarios. Podríamos irnos de la ciudad, pero eso sería en perjuicio para nuestros alumnos y sus familias. Por suerte, y después de muchos años intentándolo, hemos podido adquirir unas parcelas anexas y vamos a ampliar el colegio con 5.000 metros más. Espero que en septiembre esté listo el proyecto y nos den la licencia para comenzar la obra. Será para construir una piscina y un campo de fútbol encima, además de un comedor y otros servicios. Siempre con una idea muy clara: nuestra primera misión, la primera de todas, es garantizar la seguridad de nuestros niños; tenemos 30.000 y nunca hemos tenido una desgracia.