Veinte años sin definir la intermodal

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El ADIF comienza la restauración de la cubierta mientras el Ayuntamiento considera el proyecto sobredimensionado, realizando nuevos cambios en una obra sin fecha

27 jun 2017 . Actualizado a las 13:58 h.

La intermodal ha dado tantas vueltas en A Coruña que es posible, a estas alturas, que la palabra haya perdido su significado. En esencia, en el caso coruñés la intermodal no es otra cosa que el traslado de la estación de autobuses a San Cristóbal.

¿Para qué sirve una intermodal?

Las estaciones intermodales tuvieron un auge importante durante las dos últimas décadas, sobre todo en las grandes ciudades. Son nodos de transporte en los que se juntan diversas ofertas para facilitar los enlaces. En las grandes urbes coinciden metro, cercanías, buses y larga distancia. En las pequeñas, como A Coruña, esos intercambios se limitan a los buses y los trenes. Así, quien acuda en bus a la ciudad para coger un ferrocarril no tendrá que cruzar con la maleta la pasarela peatonal sobre Alfonso Molina.

¿Cuándo se originó el proyecto?

En A Coruña se hablaba de intermodal en 1998. Entonces lo que se pedía era que esa futura estación se ubicara en San Diego. Es más, en el año 2000 la Xunta mostró su apoyo a esa posibilidad, si bien ese mismo año se mantuvo la intención de optar por la intermodalidad sin definir el lugar en que se haría. Ese año la idea era que buses, trenes y tranvía llegaran a un único punto.

¿Mejorará el servicio?

Para un vecino de Mesía, por poner un ejemplo, que quiera coger un tren a Madrid -en unos años, con el AVE, el avión tendrá menos peso- sí supone una mejora. Pero también tiene pegas. Así, los que ahora llegan a la actual estación de buses, prácticamente en Cuatro Caminos, se quedarán más lejos del centro con la futura intermodal, donde tendrán que optar por el bus urbano y con el consiguiente incremento de tiempos para llegar desde allí a otros puntos de la ciudad que estén en las inmediaciones, lógicamente, de San Cristóbal.

¿Cuáles son las dudas?

El Ayuntamiento entiende que el plan estaba sobredimensionado. Teniendo en cuenta que se plantea que los buses comarcales entren en la ciudad haciendo paradas, no haría falta contar con ellos en San Cristóbal, y con la afluencia que aportarían si no existiese alternativa. Por eso sugieren una reducción de dimensiones. Además, piden que el acceso principal se cambie de la avenida de A Sardiñeira, por las dificultades de conexión con la ronda de Outeiro, a la Avenida do Ferrocarril, construyendo allí una pequeña glorieta. La Xunta, por su parte, lamenta que las aportaciones municipales lleguen ahora, obligando a retrasar una vez un proyecto que estaba prácticamente cerrado.

¿Cuántos usuarios tendrá la futura estación?

Por la actual estación de autobuses pasan cada año unos 5,5 millones viajeros. De esa cifra, 4,2 millones proceden de los 12 municipios del cinturón metropolitano y tienen como destino la ciudad, no el ferrocarril, en la inmensa mayoría de los casos. Si se abre el radio hasta los municipios del segundo cinturón, son 4,8 millones. Así, en torno a 4,5 millones de viajeros dejarán de entrar en la estación si los buses pueden hacer paradas en el centro. Allí llegarían un millón de usuarios de largas distancias, a los que habría que sumar los otros 1,5 millones que ya tiene el ferrocarril. La llegada del AVE y su enlace rápido con Madrid hará, eso sí, que crezcan esas cifras en detrimento del millón de pasajeros de Alvedro.

¿Cuáles son los plazos?

Las obras las hace el ADIF en la parte del ferrocarril y la Xunta en las de los buses. El Ayuntamiento asume el párking y la reordenación de accesos. El ADIF empezó estos días a restaurar la antigua cubierta, con una inversión de dos millones de euros, pero la reforma sigue sin fecha, con el proyectista haciendo cambios por las últimas modificaciones. La Xunta aporta 10 millones de los que ocho son fondos europeos que se perderán si la obra no está lista en diciembre del 2019.