Tras localizarlo discretamente, gracias a un pinchazo en el teléfono de su familia, en Valladolid, Gallego fue por fin detenido el 17 de noviembre en la sala de la oficina principal de Correos, adonde había acudido a cobrar un giro de 50.000 pesetas que le había remitido un familiar. Portaba peluca, gafas, documentación falsa y una pistola, que intentó usar cuando los agentes se acercaron a él. La Policía también apresó a un hombre y a dos mujeres que lo acompañaban. El hombre era un delincuente común de A Coruña al que Gallego le encargó que cobrase el giro. Luego aseguró desconocer que su amigo era un violador multirreincidente. Y una de las dos mujeres era Paloma Rodríguez, novia de Gallego, con quien tiene un hijo.
Poco después de su captura, el violador confesó haber matado a Leticia Lebrato. En el juicio, que se celebró a puerta cerrada en Valladolid para evitar incidentes, fue condenado a 110 años de cárcel. Posteriormente se le añadirían 163 años más por el asesinato de Marta Obregón y por otras agresiones sexuales.