Contra la reválida

Por Xosé Alfeirán

A CORUÑA CIUDAD

ALBERTO MARTI VILLARDEFRANCOS

En 1917 fueron suprimidos los exámenes para ser bachiller. El temor a que se restableciesen provocó una huelga

15 jun 2017 . Actualizado a las 07:41 h.

Si querían obtener el título de bachiller, licenciado o doctor, los estudiantes tenían que realizar un examen de grado: las reválidas. Habían sido establecidas por el Plan General de Estudios del 17 de septiembre de 1845. Su intención era uniformizar requisitos en toda España y evitar la arbitrariedad con que se venían otorgando esos títulos, pero también aseguraba la centralización y el control de la enseñanza por parte del gobierno del Estado.

La Ley de Instrucción Pública del 9 de septiembre de 1857, que reestructuró el sistema educativo y que se mantendría en sus líneas básicas hasta 1970, consolidó la enseñanza secundaria y universitaria, manteniendo los exámenes de grado.

Sin entrar en variaciones anteriores, el 10 de mayo del 1901 el Ministerio de Instrucción Pública aprobó un Reglamento de exámenes y grados en el que se fijaban las reválidas a realizar para entrar en cada uno de los niveles educativos y obtener los títulos. En el caso de la reválida de bachiller, las pruebas, una de letras y otra de ciencias, constaban de un ejercicio escrito sobre dos temas sacados a suerte de los temarios establecidos, un ejercicio oral de preguntas referidas a las materias, y un ejercicio práctico de análisis, traducción o resolución de casos y problemas.

El sistema era elitista y muy pocos se presentaban. Así por ejemplo en el curso 1914-15, en A Coruña solo se realizaron 48 exámenes de grado de bachiller, de los cuales aprobaron 44. De forma reiterada los escolares coruñeses, que estudiaban en el Instituto Eusebio da Guarda, único que había en la ciudad, eran contrarios a esa prueba y solían mandar, en los meses iniciales del curso, un telegrama al ministro, vía gobernador civil, reclamando la supresión de la reválida y el abaratamiento de los derechos de matrícula.

La novedad ocurrió en 1917. El ministro Julio Burell, por un decreto del 10 de marzo, suprimió todas las reválidas y exámenes de grado en secundaria y en la universidad. Según sus declaraciones, cuando los estudiantes han demostrado a lo largo de cursos y carreras su competencia en las asignaturas era innecesario un nuevo martirio. En lo sucesivo el título de bachiller, licenciado y doctor se conseguiría tras tener aprobadas todas las materias. Esta supresión causó revuelo en los claustros de profesores que se mostraron contrarios y presionaron al gobierno.

En A Coruña el temor a que se restableciese la reválida provocó las protestas de los estudiantes del instituto, que decidieron, el 21 de noviembre, iniciar una huelga y no ir a clase. Después recorrieron las calles en manifestación saliéndoles al paso la policía, que les obligó a disolverse. Al día siguiente el paro fue total, contando con el apoyo de los alumnos de la Escuela de Comercio. Lo mismo sucedió en otras ciudades en España. El gobierno calmó la situación asegurando que no tenía intención de recuperar la reválida de bachillerato. El 26 volvió la normalidad a las aulas. Dicha prueba sería restablecida en 1927.