Comercios en fase de laboratorio

M. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

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Emprendedores y nuevas marcas explican la acogida de la tienda efímera de Marineda en su primer año de vida

12 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la gerencia de Marineda conocen el valor de la tendencia y de la responsabilidad social, por eso hace un año decidieron abrir un espacio para alquilar por poco tiempo a jóvenes diseñadores, empresas emergentes (también llamadas startup), marcas consolidadas y gente con algo que vender, decir o mostrar, a semejanza de lo que es habitual en las grandes ciudades y con el único fundamento aquí del «compromiso con la comunidad». Roberto Vázquez defiende con firmeza el pop-up (así se conocen las tiendas efímeras que alberga) como una iniciativa social al margen de la rentabilidad. «Esto no es una oenegé, pero no se trata ni de recuperar la inversión», explica desde la gerencia de este centro comercial que cada año recibe la visita de 16,5 millones de personas. Marineda acondiciona un local de 84 metros cuadrados al lado de Zara, con almacén, zona de ventas, probadores, mobiliario, estanterías, iluminación, cable, wifi...; diseña una campaña de márketing y comunicación con más de 25 acciones en diversos soportes para el ocupante de turno y alquila todo por un precio y un tiempo a medida del deseo.

Para Inés Rodríguez Sacristán y Elena Gómez Orosa, escenógrafa de cine y televisión y diseñadora gráfica, la experiencia fue valiosa. Han creado Kandoro, una marca para niños que construye ciudades de cartón de un metro de altura, minuciosas, llenas de detalles y recursos didácticos, 100 % ecológicas, fabricadas en Portugal y producidas en Santiago. Y en 15 días en la tienda efímera de Marineda probaron, estudiaron el mercado, vieron las reacciones de los compradores... Y decidieron dedicarse a la venta en línea, «más directa, llega a más gente», explica Inés Rodríguez en la fase inicial de un proyecto que solo puede crecer.

Un espacio para ensayar proyectos y para franquicias que planean entrar en el mercado local

El pop-up funciona como un espacio versátil que lo mismo sirve para vender ciudades de cartón que para presentar un modelo de bolso y en este repertorio también conviven personas no iniciadas en el ámbito del comercio con profesionales de franquicias y marcas consolidadas. Rosa Marcos utilizó el local efímero de Marineda para ensayar una idea. Desde hace años gestiona junto con una socia la franquicia de Calzedonia en el centro comercial Odeón, en Narón, y el pasado verano pensaron abrir en A Coruña una tienda de regalos y complementos para la que ya tenían nombre, Nicler. Pidieron vez en el pop-up -en un año pasaron por allí diez marcas- probaron unos días y Nicler funcionó. Hoy tienen tienda propia en el complejo comercial. «Fue muy interesante. A Marineda llega gente de toda Galicia. Hay tanta afluencia que pasan las semanas y la gente es siempre diferente», afirma Rosa Marcos.

Hoy en la tienda temporal se encuentra Canada House, una marca de moda infantil «práctica, divertida y duradera, de mejor calidad que la habitual», afirma Míchel Rodríguez, responsable del proyecto y especializado en franquicias. Después de buscar sin éxito un local en la ciudad, resolvió aprovechar la oportunidad de Marineda y replicar una tienda real para probar también durante un tiempo mayor que la media, 3 meses, hasta el 15 de julio. Está satisfecho, pero no hay una decisión tomada. «Somos bastantes cautos, todos los escenarios están abiertos».