Dos décadas buscando la fórmula para mejorar la movilidad

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La tercera ronda alivió el tráfico, pero no solucionó los atascos en Lavedra

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En algún momento de la década de los setenta A Coruña empezó a quedarse pequeña para los coches. La mejora de la situación económica con respecto a décadas anteriores hizo que el parque móvil de la ciudad y su entorno se multiplicara. Hoy, con cerca de 150.000 vehículos, A Coruña tiene el doble de los que tenía en los setenta. Antes, ya en los sesenta se empezó a hablar de una tercera ronda que complementara las dos existentes, las de Nelle y Outeiro. En 1957 se abría la avenida de Alfonso Molina y en 1978 se construía el nuevo puente de A Pasaxe, el actual, de tres carriles por sentido. Aquello contribuyó decisivamente a mejorar la circulación, pero no solucionó unos problemas que seguirían creciendo.

La circunvalación

La idea de esa tercera ronda no era nueva, pero hasta el año 2000 no se comenzó a materializar. Fue un acuerdo entre Vázquez y Cuíña -entonces alcalde y conselleiro respectivamente- el que iba a arrancar la nueva vía. No ocurrió tal cosa y hubo que esperar quince años para verla. La tercera ronda abrió en el 2015 íntegramente al tráfico y consiguió reducir la circulación en otras vías, pero no acabar con los atascos.

Aforos

Ya antes se habían intentado otras soluciones para aliviar Alfonso Molina. La reconfiguración de la avenida de A Pasaxe en los noventa también quitó tráfico. Pero los datos indican que, casi dos décadas después de aquel impulso a la tercera ronda, la solución definitiva está por llegar. Por ella pasan cada día unos 25.000 vehículos, según las mediciones de intensidad de Fomento. Son algunos menos de los que circulan por la avenida de A Pasaxe. Con todo, por el tronco principal de Alfonso Molina siguen transitando a diario cerca de 120.000 vehículos. Los atascos no han desaparecido y para ellos se propuso la solución de ampliación de Fomento.

Discrepancias

Durante muchos años hubo unanimidad entre los partidos políticos de A Coruña sobre la necesidad de ampliar Alfonso Molina. Esa postura se rompió en el 2015 con la llegada de la Marea. Fomento ya había anunciado las obras, pero el gobierno local se opuso a ellas. No solo no querían la avenida más grande, sino que la pedían más pequeña y con una circulación más lenta. Querían «humanizarla» y convertirla en una calle más de la ciudad. Los socialistas se pusieron de su parte y el proyecto se frenó por las discrepancias con el ministerio, que siempre tuvo claro que lo que quería hacer era una actuación para agilizar el tráfico y mejorar la circulación, no una reforma estética.

Acuerdo

Tras año y medio con el proyecto en la nevera, en julio del año pasado el gobierno local y el ministerio llegaron a un acuerdo. Sí se iba a ampliar la avenida hasta llegar a un máximo de once carriles, incluyendo los de servicio, en su parte más ancha. Se hacían también sendas peatonales y zonas verdes y se accedía a reducir la velocidad máxima en el tronco. Hasta ahora era de 80 kilómetros por hora, pero pasará a ser 70 tras las obras que se lleven a cabo entre la Coca-Cola y Ponte da Pedra, que teóricamente arrancarán el año próximo.

Exposición pública

Según Fomento, este mes se someterá el plan para la avenida a exposición pública. El Ayuntamiento realizó un proyecto propio este año en el que sugería una serie de aportaciones a esa obra. Fomento dijo que no tocaría más el proyecto y se remitía a lo pactado en julio del 2016. No se sabe si será suficiente para el gobierno local o si presentará alegaciones que puedan dilatar más el proyecto.

Vial 18

Tanto en A Pasaxe como en Alfonso Molina existen dudas sobre la capacidad de las obras de resolver -no solo trasladar a otro punto- los problemas. La única forma de reducir tráfico en la avenida pasa, según los expertos, por crear una conexión -el proyectado vial 18- que lleve tráfico de la AP-9 a la tercera ronda, quitándolo de Alfonso Molina.