
La investigadora del VIH insiste en la necesidad de no bajar la guardia ante el riesgo de contagio
25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Eva Poveda López (Lugo, 1975) es doctora en microbiología médica y coordina el grupo de virología clínica del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic). En el centro del Chuac trabaja desde hace cuatro años, tras haber pasado por el Instituto Carlos III de Madrid. Invitada por la Fundación CorBI, ayer ofreció una conferencia en el Muncyt sobre los retos actuales en la infección por VIH y el virus de la hepatitis C.
-Retos para ya mismo, ¿cuáles?
-Con el VIH los principales retos son los marcados por la OMS: conseguir que el 90 % de los afectados estén diagnosticados, el 90 % en tratamiento y el 90 % con carga viral indetectable. Toda la comunidad científica está volcada con ese objetivo 90-90-90.
-¿Esa meta está muy lejos?
-Los datos epidemiológicos en España no están tan lejos, pero hay cosas que se pueden mejorar.
-¿Por ejemplo?
-El gran reto de la infección por VIH en España es el diagnóstico tardío. Los pacientes llegan con un deterioro inmunológico importante y es una tendencia que se sostiene en el tiempo. En nuestra área sanitaria, el 50 % de los casos cuando se detectan ya están deteriorados, y en un 30 % el diagnóstico es sida: están en esa fase final de la evolución natural del VIH en la que el enfermo puede ser infectado por patógenos oportunistas que en condiciones normales no le harían nada, pero en su grado de inmunodeficiencia sí. Y no es que diagnostiquemos peor, son cifras similares al resto de España. Eso hay que cambiarlo, sobre todo porque se puede evitar. Son retos en los que se puede trabajar porque tenemos herramientas.
-¿Y en nuevas infecciones?
-Es el otro reto, la prevención. Tenemos que reducir las infecciones nuevas porque esto es una cascada: hay que diagnosticar y tratar, porque tiene beneficios individuales, el paciente no se deteriora, pero también beneficios colectivos, ya que cuando está tratado y con viremia indetectable no transmite la infección.
-Se ha logrado que el sida pasase de ser una enfermedad mortal a crónica. ¿Por eso se ha bajado la guardia en el contagio?
-Bueno, saber que en nuestro país tenemos acceso a los tratamientos antirretrovirales, que se ponen todas las medidas y que no te mueres por estar infectado por VIH..., de alguna forma le hemos perdido o no se le tiene tanto respeto al sida. Y después está el desconocimiento: se ha relacionado siempre con determinados colectivos: consumidores de drogas inyectables, homosexuales... cuando al final cualquiera de nosotros que mantenga prácticas de riesgo está expuesto.
-La sexual sigue siendo la principal vía de contagio, ¿no?
-La sexual es la principal: el 53 % de hombres que tienen sexo con hombres y el 25 % en relaciones heterosexuales.
-¿Hay que volver a las campañas «Si-da, No-da»?
-Y además ser más proactivos a la hora de facilitar el diagnóstico. Una de las recomendaciones del plan gallego es que a las personas sexualmente activas que acudan a un centro de salud desde edades muy jóvenes a realizarse una extracción sanguínea se les haga la prueba del VIH. Tenemos que saber que si tenemos sexo sin protección, por tanto de riesgo, debemos pedir la prueba.
-Camino de la cuarta década de la aparición del VIH, ¿los jóvenes corren el riesgo de pensar que a ellos no les va a tocar?
-En general estamos todos bastante relajados, pero es importante recordarle a nuestros adolescentes que sí que va con ellos. Tenemos que acercarnos a ellos de forma más abierta, informando, resolviendo dudas y dando opciones. El conocimiento nunca está de más.
«En hepatitis estamos asistiendo a una revolución terapéutica»
Poveda insiste en que cada día se avanza en el conocimiento de un virus de gran impacto en la salud.
-¿Cuáles son los retos a medio y largo plazo en VIH?
-El gran reto científico es lograr la curación, la remisión total. A diferencia de con la hepatitis C, con el VIH conseguimos controlar la replicación del virus, pero no la cura: el enfermo va a estar infectado toda su vida porque el virus tiene un reservorio siempre latente. Se hacen muchos esfuerzos para conseguirlo, pero no va a ser inmediato.
-¿Qué aportan desde el Inibic?
-Creo que la investigación biomédica es importante para generar conocimiento, y muy importante para conocer aspectos específicos de la infección a nivel local, porque dar con las características propias de nuestra área sanitaria nos permitirá implementar medidas ajustadas en diagnóstico, tratamiento... Llevamos tiempo trabajando en esto, en la caracterización de los nuevos diagnósticos, las vías de transmisión, las variantes genéticas... Todo eso ayudará a la búsqueda de marcadores moleculares para el seguimiento de los pacientes, gestionar las resistencias a fármacos...
-¿Y con la hepatitis?
-Estamos asistiendo a una revolución terapéutica. Somos capaces de curar al 90 % de los pacientes con los nuevos tratamientos. El reto fundamental ahora es extenderlos a todos los pacientes diagnosticados, aunque no tengan enfermedad avanzada, y conseguir diagnosticar más. Sabemos que hay un porcentaje importante de personas infectadas de hepatitis C que no lo saben y, por tanto, no se tratan.