Capturado e interrogado por Drake

Xosé Alfeirán

A CORUÑA CIUDAD

El pescador Domingo de Lago fue apresado en 1588 y llevado a Inglaterra para sacarle datos sobre la defensa de la ciudad

15 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Domingo de Lago. Así se llamaba. Era pescador y vecino de A Coruña. El destino le hizo vivir sucesos que de vez en cuando padecían los marineros y habitantes de la costa gallega. La suerte y su acierto le permitieron contarlos. Nada más retornar a su ciudad fue interrogado por las autoridades, siendo recogidas sus respuestas en un informe enviado al Consejo de Guerra de Felipe II y que hoy en día se conserva en el Archivo de Simancas.

Un día del mes de mayo de 1588, estando pescando a legua y media de A Coruña, a unos ocho kilómetros, quizás a la altura del cabo Prioriño, su barco fue abordado por una nave inglesa. A él y a otro compañero los llevaron presos a Plymouth. Allí los ingleses intentaron sonsacarle.

La guerra abierta contra Inglaterra había llevado a Felipe II a tomar la decisión de invadir Inglaterra, y para conseguirlo estaba formando en Lisboa una armada imponente que llegaría a tener 130 buques de guerra y de transporte, con una tripulación de unos 12.000 marineros y 19.000 soldados. Debía ir hasta Flandes, donde embarcarían unos 27.000 soldados de los tercios españoles que allá estaban destinados, para después arribar a las costas de Inglaterra y conquistarla. Tal movimiento de naves y tropas pusieron sobre aviso a los ingleses, que se prepararon y procuraron conocer los planes españoles.

A sus 45 años, sir Francis Drake era un marino experimentado. Llevaba años atacando y saqueado con notable éxito las flotas y costas españolas en América y en la Península. Había sido nombrado por la reina Isabel I vicealmirante de la flota inglesa, comandada por el almirante Charles Howard, y ya estaba en Plymouth con las 45 naves de su armada. Durante dos días interrogó a Domingo de Lago.

No parece que fuera torturado

Conocemos la escena solo por el testimonio del coruñés contado a las autoridades españolas, así que puede que, temeroso, no detallase todo lo que sucedió. No parece que fuera torturado, pues nada dice de ello. Solo dice que insistieron de continuo sobre lo mismo y que él siempre dio la misma respuesta.

La pregunta inicial fue sobre qué sabía de la armada de España y de cuántos navíos estaba compuesta. Domingo de Lago les respondió que eran «200 navíos de guerra y quatro galeazas y quatro galeras». Al oírlo Drake dijo «no es mucho», haciendo gala de su buen humor y de su carácter un tanto fanfarrón.

También le preguntó muy particularmente sobre si estaba acabado el fuerte que se estaba haciendo en la isla de San Antón, en la entrada del puerto coruñés. Domingo de Lago le respondió que no había fuerte ninguno. Mentía, pues en 1582 se había empezado a levantar una batería. Drake lo sabía y le dijo que no decía la verdad, ya que a los navíos que intentaban entrar les tiraban con mucha artillería. De Lago replicó que era la artillería de un torreón del castillo viejo, la fortaleza que estaba donde hoy está el jardín de San Carlos. No le creyeron. Además le preguntaron cuánta guarnición había en A Coruña. Les dijo que seis banderas de soldados y que en cuatro horas podían juntarse dentro de ella tres mil o cuatro mil hombres de la tierra. Después lo dejaron en paz. Continuará.