A Silva y Cances: dos núcleos urbanos sin aceras, rodeados de maleza y ruinas

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PÉREZ

Los vecinos solicitan la limpieza de las fincas vacías y de las casas que están cayéndose, y la ampliación de la vía

03 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la plaza de Pontevedra hasta A Silva hay 2,2 kilómetros si esa distancia se recorre por una de las calles más conocidas y comerciales de la ciudad: la avenida de Finisterre. Por el medio quedan la ronda de Nelle y la de Outeiro, entre otras calles, «pero o abandono, o deixamento e o illamento sufrímolo nós», asegura R. S., un vecino de este núcleo urbano. Y en la misma situación «atópase Cances», a escasos metros de A Silva.

Maruja, que nació allí, dice que recuerda a todos los alcaldes que gobernaron A Coruña, sobre todo a los más actuales: «Dende Vázquez ata este novo que está dixéronnos que ían arranxar os problemas que temos, pero as súas intencións quédanse en palabras».

Un recorrido por los dos núcleos urbanos y la charla con varios residentes da fe de las quejas generalizadas sobre el estado de la zona. Desde la entrada a A Silva las aceras brillan por su ausencia y la carretera «mide pouco máis de dous metros de ancho», se lamentan. Además, varias construcciones «ocupan a vía», subrayan.

Al problema que significa la estrechez de la carretera hay que sumarle «o aparcamento de coches nunha das súas marxes». Reconocen algunos de los vecinos que varios vehículos son suyos, «pero o problema foi a máis debido a que moitos usuarios do ambulatorio do Ventorrillo veñen a aparcar aquí», aseguran. Esta situación impide el paso de dos coches simultáneamente.

Suciedad y temor al fuego

Los residentes en A Silva y en Cances también se quejan de la situación en que se encuentran las fincas que rodean sus viviendas: «En vez de leiras ou solares xa parecen montes coa cantidade de maleza que teñen. Calquera día vai haber un lume e imos arder todos». Piden al Ayuntamiento que exija a los propietarios que saneen los terrenos, «ou que o faga o Concello e que lles pasen a factura».

Lleno de maleza también está el parque recién creado a raíz de la construcción de los nuevos edificios de Cances. Uno de ellos fue okupado por vecinos de Penamoa y otro se quedó en una estructura de hormigón. «Hasta las farolas están sin la tapa del cableado eléctrico, un peligro para los más pequeños», contó Isabel. También piden que se actúe «nunhas dez ou quince casas que están en ruína total».

Los vecinos también se quejan del repunte de la inseguridad en la zona: «Últimamente pasa xa moita xente, e non de boas pintas, cara dúas casas que hai na zona». Por esta razón solicitan una mayor presencia policial.

A escasos metros, en el centro del Ventorrillo se quejan de la mala situación de las áreas deportivas y del mobiliario urbano en algunas de las zonas, sobre todo en los parques.