Cinco planes contra el chabolismo y treinta años para realojar a 257 familias

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

En una ciudad en la que en los años 90 llegó a haber 14 asentamientos, hoy solo quedan tres

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En un reportaje similar a este escrito hace hoy 17 años, se contaba de manera alarmante que en A Coruña había cerca de 450 familias malviviendo en chabolas. Ahora hay 143. Desde entonces y hasta la fecha han desaparecido los asentamientos de Orillamar, A Cubela, As Conchiñas, Veramar, Remanso, imprenta Roel, Labañou, Vioño, Casablanca, Oleoducto y Penamoa. El desmantelamiento de estos 11 poblados se llevó a cabo bajo las directrices de cinco planes de erradicación del chabolismo, los desarrollados por los gobiernos de los alcaldes Domingos Merino, Francisco Vázquez, Javier Losada, Carlos Negreira y Xulio Ferreiro.

Tal vez, dentro de doce años se volverá a escribir sobre esto. Tal vez, no. Mientras, se trabaja para que ningún periodista vuelva a contar dentro de 17 años que todavía quedan equis familias chabolistas en la ciudad. Para ello nació hace un año, impulsado por el actual gobierno local, el Plan de acceso a un hábitat digno. Sus responsables estimaban entonces que «sería posible traballar cada ano para a consecución dunha alternativa habitacional con entre 20 e 30 familias». Así las cosas, el Ayuntamiento prevé que el desmantelamiento del asentamiento de A Pasaxe podría alargarse entre tres y seis años en el mejor de los casos.

En este proyecto trabaja un equipo de nueve personas, entre psicólogos, trabajadores sociales y orientadores laborales. Todos son nuevos, pues el gobierno de Xulio Ferreiro decidió al asumir el poder prescindir de las personas que trabajaron en la concejalía de Servicios Sociales durante los gobiernos del PSOE y del PP, y que habían logrado realojar a más de 250 familias y desmantelar hasta 11 asentamientos.

Una cosa es derribar chamizos y otra es atender a los que vivían bajo sus techos, orientarlos laboralmente, «enseñarles a vivir en un piso, a convivir en una comunidad y estar pendiente tanto de sus necesidades como de sus obligaciones», según destaca el diputado del PP y anterior edil de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo.

De la misma opinión es la socialista Silvia Longueira, su antecesora. Capitaneó el difícil desmantelamiento de Penamoa, sin duda, el proceso de realojo más complicado y conflictivo de todos cuantos existieron. Longueira, como el equipo que dirigía, se enfrentó a «insultos, amenazas y vejaciones» por parte de los residentes en el poblado y a manifestaciones vecinales en contra de la reubicación de los chabolistas en sus barrios, como las protestas en Novo Mesoiro. Por si fuera poco, según cuenta, tuvo que capear con la politización del proceso, «con concejales del PP visitando los barrios para meter el miedo a sus vecinos». La edil del grupo municipal socialista recuerda lo complicado que es no ya la integración de los realojados en una determinada zona de la ciudad, sino la aceptación de los vecinos, pues «nadie quiere un conflicto cerca de sus casas ni la presencia de personas desamparadas».

Repartidos por los barrios

Hace unos días, Xulio Ferreiro celebraba que los realojos realizados hasta el momento -cuatro han sido ejecutados y otros ocho lo serán próximamente- se llevaron a cabo sin incidencia alguna.

El alcalde afirmó que los técnicos municipales y responsables políticos tuvieron encuentros con los vecinos de las calles donde fueron reubicados y que «ninguén se queixou».

El regidor anunció que la política del Ayuntamiento y del plan de erradicación del chabolismo que puso en marcha consiste en distribuir por todos los barrios a las familias beneficiarias. En ningún caso, serán realojadas en un mismo lugar. Su destino está «en todos os barrios da cidade». Los pisos que se asignaron, como los que se van a asignar, pertenecen, según explicó Xulio Ferreiro, a la bolsa de vivienda que Abanca puso a disposición del Ayuntamiento para combatir el chabolismo. El convenio firmado hace años entre el gobierno municipal y la entidad financiera sirvió hasta el momento para acoger a decenas de familias que vivían en precario.

El alcalde coruñés también explicó que Xustiza Social no se queda en buscar una vivienda a los chabolistas. «Trátase de accións individualizadas para cada un dos casos, e un seguimento ás familias», destacó.

El Ayuntamiento destinó en el 2016 una partida de 70.200 euros para el plan de erradicación del chabolismo que no se gastaron. Pese a que la puesta en marcha del proyecto era uno de los compromisos para los primeros cien días del mandato.