Las cigarreras regresan a Tabacos

Pablo Portabales
pablo portabales A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Antiguos trabajadores de la factoría han sido invitados al estreno del edificio

31 mar 2017 . Actualizado a las 14:33 h.

«Es nuestra segunda casa. Nuestra madre. Siempre que paso por aquí me quedo mirando el edificio», comenta Marinita Regueiro Naya. Esta cigarrera, que ahora necesita bastón para caminar, entró a trabajar en la Fábrica de Tabacos en 1957. Es la trabajadora más antigua de las que aparecen en la foto. «Tenemos un sabor agridulce», reflexiona Juan José Lojo Fandiño, que comenzó de mecánico en la fábrica y llegó a ocupar puestos de responsabilidad. Lo dice mirando la entrada principal, levantando la vista hacia el reloj que marcó la hora de A Coruña durante décadas. El resto de extrabajadores asienten con la mirada cargada de nostalgia. «Estamos encantadas de ver el edificio así, y no abandonado, pero fue una pena que se dejase morir. Dio mucho de comer a la ciudad», comenta Dolores Rodríguez Morás, Lolecha, ante la imponente verja que circunda el inmueble.

 Con motivo de la inauguración de la vieja factoría, ahora rejuvenecida y convertida en sede judicial, la Xunta invitó a la presentación de hoy a un grupo de antiguos operarios. Y mañana, a las doce del mediodía, tendrá lugar un acto específico dedicado a las cigarreras organizado también por la Administración autonómica. Es de justicia. Esta semana se encontraron de nuevo, a petición de La Voz, en la rúa que lleva su nombre, calle de Las Cigarreras.

Además de Lojo, acudieron a la cita otros dos coruñeses que ejercieron de mecánicos en Tabacos, José Lesta Rey y José (Pepe) Temprano, el mítico gaiteiro. «El porcentaje de hombres era de un 10 o 15 %, el resto eran mujeres. En 1962, cuando entré yo, nos incorporamos una 110 personas, siete mecánicos y, el resto, cigarreras», recuerda Lojo. Carmen Veiga Mosquera, Lela; Natalia Fraga Vázquez, Mariví López Crespo, Puri Méndez, Purita la de Peñita; Raquel Rodríguez Rey, Raquelita; Mari Luz Fajardo Beneitez, Tita, y Olimpia Núñez Nión, además de las citadas Marinita y Lolecha, acudieron al reencuentro. Parece que no pasan los años por sus recuerdos. «Teníamos un coro de voces mixtas que dirigía el maestro Anta Seoane. Aquello sí que era un coro de verdad», dice una y el resto confirma. «Esta mujer tenía unas piernas que todavía recuerdo subiendo las escaleras», apunta Lojo con picardía mientras todos dirigen la mirada hacia Mariví, que sonríe. «Tenía unas piernas bonitas y las tiene», comenta Lolecha. Se quedan hablando, recordando anécdotas, preguntando por compañeras que hace tiempo que no ven. Noto la emoción en sus rostros. «Son moitos anos, moitos recordos», sentencian estas cigarreras. A su lado, da la sensación de que vuelve a oler a farias en la Palloza.