«Aunque se ponga un semáforo, los coches van lanzados»

B. Capelán A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La supresión de la pasarela junto a los Nuevos Juzgados genera rechazo y reabre el debate sobre la seguridad en la avenida

30 mar 2017 . Actualizado a las 19:46 h.

La creación de un paso de peatones que atraviese la avenida de Alfonso Molina a la altura de los Nuevos Juzgados como principal alternativa a la supresión de la pasarela ha levantado muchas ampollas entre los vecinos y viandantes de la zona. La idea no parece cuajar por la cercanía de otro cruce con semáforo y la peligrosidad que podría suponer para las personas.

«No sé cómo pretenden hacerlo. Me parece increíble, por mucho que estén estudiando la seguridad», afirma Rosa Freijido, vecina de San Pedro de Mezonzo, que señala que «aunque se ponga un semáforo, los coches van lanzados y no les da tiempo a parar». Esta mujer lleva toda la vida viviendo en la zona y piensa que con el paso de peatones que atraviesa el viaducto junto a Casa Cuba es suficiente: «Está al lado, aunque también tiene su aquel. Hay un cambio de rasante en dirección a Cuatro Caminos que es muy peligroso. El otro día un coche casi coge a un señor que cruzaba».

Los viandantes tampoco parecen tener nada clara la principal opción que maneja el Ayuntamiento. «Es complicar la vida de la gente», afirma una vecina. Otra mujer, que cruza el paso elevado con su hijo en carrito a diario afirma que la pasarela «era más cómoda para acceder» .

También alumnos del instituto Fernando Wirtz -muchos de los cuales cruzan por esta zona- estaban en desacuerdo con la desaparición del paso elevado, ya que el puente era la opción más fácil para cruzar.

La actuación, además, podría suponer un empeoramiento del tráfico, al tratarse de una zona escolar.

Trágico suceso

En los años ochenta, un guardia regulaba el paso de peatones de un lado a otro de Alfonso Molina. Era inevitables los accidentes, llegándose a producir hasta seis muertes en cinco años. Uno de los fallecidos fue un joven alumnos del Fernando Wirtz. El director del centro, Rafael Menéndez, cree que «el hecho de que desaparezca la pasarela no perjudica al instituto, pero el semáforo nos da miedo. Los niños muchas veces no hacen caso y cruzan». También cree que la cercanía de otro cruce, además de la pasarela que enlaza la estación de tren con la de autobuses, hace innecesaria esta actuación. El próximo miércoles se reunirán con el gobierno local para analizar esta situación, pese a que el Ayuntamiento manifestó haber tenido en cuenta la opinión de los colectivos implicados. El hijo de Rosa Freijido también fue atropellado en el mismo punto, aunque el siniestro se saldó con una rotura de pelvis y un diente menos. Ocurrió hace 38 años. «La gente atravesaba Lavedra sin permiso. Saltaban una pequeña valla y cruzaban. Después pusieron un guardia para regular el tráfico, pero los atropellos continuaron», señala.