Marcos Coll: «A Robert Johnson le ponemos un "beat" de "hip-hop" por debajo»

Javier Becerra
javier becerra A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

cedida

Es uno de los armonicistas más aplaudidos de la escena del blues y esta noche presenta su nuevo trabajo

29 mar 2017 . Actualizado a las 10:19 h.

Tocó con Muddy Miles y Mick Taylor en los primeros años de Mardi Gras. Ahora regresa junto a Stephano Ronchi para presentar Street Preachin, su último trabajo. Será esta noche, a las 21.00 horas (entradas 8/10 euros). Ayer atendía a La Voz desde Berlín, su ciudad de residencia.

-Anuncia un set de «country-blues», pero parece que hay algo más que eso, ¿no?

-Sí, es un set de delta-blues rural, pero metemos toques de hip-hop o sonidos latinos. No es solamente blues desde un rollo purista. Pero las raíces están ahí.

-¿Y qué tiene el blues para estar en el 2017 volviendo a él?

-Creo que es un sonido ya clásico y atemporal, como la salsa, el flamenco o el jazz. Van pillando elementos nuevos y modernizándose, pero tienen una raíz. Nosotros, por ejemplo, tocamos a Robert Johnson, con Me and The Devil, pero le ponemos un beat de hip-hop por debajo.

-¿Cómo sintió la llamada del género?

-Desde niño escuchaba en casa a los Rolling Stones o Canned Heat. A los 11, Chuck Berry y Little Richard. Un tío mío me dijo que estaría bien que conociese de dónde venía todo. Me puse a ello y me quedé pillado para siempre.

-Ha vivido en México y Berlín. ¿Cómo se ve el blues desde sitios tan diferentes?

-En cualquier ciudad del mundo hay un local de jazz y un blues-bar. Cada país lo interpreta de una manera. En Alemania son muy técnicos. En España mucho más pasionales. Eso lo hace muy interesante, porque cambia mucho.

-En A Coruña ese local es el Mardi Gras. ¿Es especial para usted?

-Sí claro. Ahí toqué con Buddy Miles y Mick Taylor. Para mí volver ahí es muy especial. La última vez fue en el 2003. Ya tocaba.