Los hechos se remontan al 9 de enero del 2011. El procesado, que regenta un bar, acompañado del portero de su establecimiento, de nacionalidad búlgara, se aproximaron a un grupo de chicos con los que previamente habían mantenido una discusión.
Mientras el portero agarraba a uno de ellos por el pecho, empujándolo contra una pared, el propietario del establecimiento sacó una barra extensible que llevaba guardada y comenzó a propinarle golpes a la víctima en la cabeza y en el hombro, causándole varias roturas e importantes lesiones. Estuvo 11 días en el hospital y 90 impedido para sus ocupaciones.