«Lo más divertido es seguir aprendiendo»

A CORUÑA CIUDAD

El baterista, natural de Fene, presenta este viernes en el Garufa su primer trabajo en solitario, «Melted Lives»

07 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Viernes 10 • Sala Garufa Club • 22.30 horas • Entrada anticipada, 10 euros. 14 en taquilla • Miguel Lamas, aquel niño prodigio que con cuatro años ya le daba a las baquetas y los timbales, se ha convertido en un artista de prestigio reconocido. A sus 24 años recién cumplidos, el músico fenés ya puede presumir de haber compartido escenario con estrellas como Raimundo Amador, Miguel Ríos o Tomasito. Y ahora se prepara para quemar las carreteras en la gira de presentación de su primer disco en solitario, Melted Lives, que comenzará este jueves en el Jofre de Ferrol para seguir al día siguiente en la sala Garufa Club de A Coruña y el sábado en La Fábrica de Chocolate de Vigo, antes de recorrer el resto de la península pasando por Zaragoza, Córdoba, Murcia o Valencia. Sobre las tablas, para hacer sonar las diez canciones de esta joya del jazz fusión, contará con los tres músicos de su cuarteto: Iago Mouriño en los teclados, Octavio Vargas al bajo y Pablo Añón al saxo, además de las colaboraciones de Olaya Alcázar y Carlos Leal.

-Presenta su primer disco en solitario, «Melted Lives», que significa algo así como vidas fundidas. ¿Por qué ese título?

-La idea fue de mi novia (la cantante de jazz Olaya Alcázar, que colabora en el disco poniendo su voz al tema Smoke in Tunisia), que me surgirió ese título por la mezcla de estilos que hay en este trabajo. En Melted Lives puedes encontrar jazz, pero también hay rock, funk e incluso sonoridades que recuerdan a la música de algunas películas. Y contamos además con unos musicazos y colaboradores increíbles. En total, son muchas vidas mezcladas y muchos estilos fundidos. De ahí lo de Melted Lives. Es una especie de juego de palabras.

-Entre esos colaboradores se encuentra el bajista americano Tom Kennedy, al que usted ya admiraba de niño.

-Desde luego, nunca soñé que algún día podría participar en un disco mío. Siempre fue mi bajista preferido, siendo niño lo veía una y otra vez en cintas de VHS, así que cuando recibí la grabación de su colaboración para el disco me emocioné muchísimo y me eché a llorar. Para mí, la grabación de este disco ha sido un gran aprendizaje porque he podido trabajar con músicos que he admirado desde siempre como Tom Kennedy, pero también Gergo Borlai, Jorge Vistel, Pepe Bao...

-Antes hablaba de la mezcla de estilos del disco. ¿Esa diversidad hace que el trabajo tenga un público potencialmente más amplio que el habitual en los conciertos de jazz?

-Seguramente sea así. Melted Lives no es un disco demasiado jazzero en el sentido de que no resulta para nada espeso, como a veces se entiende el jazz. En concierto resulta divertido y la gente se lo pasa bien. Yo creo que es un trabajo para escuchar con los oídos abiertos, porque puede gustar a la gente a la que le va el jazz, pero también a los amantes del rock, el funk o las bandas sonoras.

-¿De dónde viene ese gusto por las bandas sonoras?

-Eso es cosa de Iago Mouriño, que es mi mano derecha en este proyecto y compositor de la mayoría de los temas del disco. Él es muy fan de series como Star Wars o Star Trek y para el disco ha compuesto algunos temas con esa onda trekkie.

-Con solo 24 años ya ha tocado con muchas estrellas de la música. ¿Algún sueño aún por cumplir?

-¡Claro que sí! Todavía tengo muchos sueños por cumplir y mucho por aprender. Nunca se termina de estudiar y si alguien piensa que ya lo ha estudiado todo es que algo va mal. Para un músico, lo más divertido y apasionante es seguir aprendiendo.

-¿A quién le debe su amor por la música?

-A mis padres, sin duda, porque siempre me apoyaron, a pesar de que yo no era buen estudiante. Otros habrían dicho: ‘mientras no saques buenas notas en el colegio, no podrás tocar la batería’. Pero ellos no lo hicieron. Vieron que la batería era lo que más me gustaba y comprendieron que podría hacer de ella mi profesión.