Los pasajeros desviados en Alvedro pasaron de 10.000 a 21.000 en solo dos años

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El 45 % de los vuelos afectados en el 2016 fueron de Vueling

31 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El desvío de vuelos y, por tanto, de pasajeros, es un problema cada vez más acuciante en el aeropuerto de Alvedro, según el estudio que acaba de hacer público la asociación Alvedro Vuela más Alto. Según sus números, en el 2016 fueron desviados en A Coruña 169 vuelos, lo que afectó a 20.957 viajeros. Este último dato supone un nuevo récord, y además es más del doble del registrado dos años antes, al finalizar el 2014, con 10.073 pasajeros de 109 aviones redirigidos a otros aeródromos.

Hay que precisar que se contabilizan solo vuelos comerciales (no privados), considerando además los pasajeros que son desviados (generalmente a Lavacolla) tanto de la aeronave que llega a Alvedro como de la que sale. La metodología es diferente a la de Aena, que incluye los vuelos privados y solo contabiliza una vez los pasajeros desviados. Por ese motivo, la cifra de desvíos, 169, no coincide con la de Aena, 108.

«El número ha aumentado mucho en dos años y el panorama para el 2017 es preocupante», porque todo indica que seguirá «igual o peor», explicó ayer uno de los responsables de la asociación, Álvaro Fernández. El motivo de su desaliento tiene que ver con las causas de esos desvíos. En contra de la extendida creencia de que la niebla es el principal problema de Alvedro, lo cierto es que la mayor parte de las derivaciones se producen por la unión de otros dos factores.

Lo explica Álvaro Fernández: «Por un lado, la cabecera Sur de la pista, la del monte Xalo, no cuenta con las ayudas necesarias y, por ese motivo, no está permitido entrar por ella a partir del ocaso». El piloto tiene que tener luz de día para aterrizar por ese lado, así que hay un buen número de horas, sobre todo en invierno, en que queda inutilizada. «Los aviones tienen que entrar entonces por el lado de la ría -prosigue el experto-, pero el problema es que por ahí el viento dominante viene de cola». En cuanto ese viento de cola supera de media los 12 nudos (aunque depende un poco de las compañías y de la experiencia del comandante), «el desvío es un hecho».

Nubes bajas

La niebla está detrás del 5,9 % de las derivaciones, aunque hay un capítulo de otros motivos (38 %) en el que no están claras las causas, y algún vuelo más habría que imputar a ese meteoro, y otro apartado de desvíos por escasa visibilidad (12 %), en este caso por nubes bajas. Pero el principal problema es el de las cabeceras, con responsabilidad en más del 48 % de la redirección de vuelos.

En cuanto a las compañías, llama la atención el caso de Vueling, que es la que más vuelos ha redireccionado (76) a pesar de que es la única subvencionada por el Ayuntamiento, con 1,3 millones de euros. Es cierto también que es la que más operaciones realiza desde Alvedro, seguida por Iberia. Pero, después de aplicar un filtro corrector, «la probabilidad de que un vuelo se desvíe siendo de TAP es del 0,38 %; de Air Europa, del 1,36 %; de Iberia, del 1,87 %, y de Vueling, del 2,36 %. En la relación de operaciones aparece un único servicio de Air Nostrum, sin líneas regulares ya en A Coruña. Se trata del chárter de un equipo de fútbol que no pudo salir.

Beneficios para Lavacolla

El estudio confirma también que la franja horaria que registra más desvíos es la de siete a nueve de la tarde, cuando se juntan más operaciones, un problema que Alvedro Vuela más Alto atribuye de nuevo a que, «tras el ocaso, la cabecera Sur queda inoperativa». Por meses, febrero, marzo y septiembre, «cuando la meteorología no acompaña», son los más conflictivos.

En cualquier caso, esos 20.957 viajeros desviados habrían elevado la estadística de pasajeros de Alvedro hasta 1.084.000 en el 2016, según el informe (se quedaron finalmente en 1.063.291). A cambio, «Santiago, gracias a los viajeros procedentes de A Coruña, ha conseguido superar la barrera de los 2,5 millones».

La conclusión del estudio es contundente cuando se refiere a «la insistencia en no querer instalar ninguna ayuda instrumental adicional [en la cabecera Sur], lo que lleva a proponer iniciativas de escasa aportación o de muy difícil implantación. La última de estas empieza a acercarse al año de espera para que Enaire verifique si es válida o no, lo cual o bien es un indicativo nuevamente de dejadez, o peor todavía, que la iniciativa no verá la luz».

El crecimiento de los eucaliptos limita la acción del sistema ILS

Las limitaciones de la cabecera Sur, la del Xalo, no es la única que está causando desvíos, según los responsables de Alvedro Vuela más Alto. En la Norte, la de la ría, el crecimiento de los eucaliptos, ya de gran envergadura, está limitando también los aterrizajes por su incidencia sobre el Sistema de Aterrizaje Instrumental (ILS, por sus siglas en inglés).

En el año 2011, explica Álvaro Fernández, el limite de decisión del piloto (si toma tierra o aborta) estaba «en 165 pies», que equivalen a unos 50 metros. «Significa -añade- que si a esa altitud el comandante no ve la pista, tiene que volver a subir». Ese umbral se fue «variando en los últimos años», de manera que cada vez está más alto. «La última rectificación fue la del 5 de junio del 2015, cuando se elevó la exigencia a 262 pies, unos 80 metros». ¿El motivo? «El crecimiento paulatino de los eucaliptos sin que Aena los corte. Y como seguirán creciendo -lamenta Fernández-, la situación en el 2017 podría ser «aún peor» si se volviese a corregir el umbral.