El socialismo coruñés busca un pacificador

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El partido se reúne para elegir hoy portavoz, pero todavía falta quien dirija la gestora

17 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las municipales de mayo del 2015 dejaron claro que el PSOE ya no pasaba entonces por su mejor momento. Con seis ediles en la corporación cosechó su peor resultado en la ciudad en la que los socialistas lo habían sido todo. Parecía que habían tocado fondo, pero no. Aún se podría ir a peor. La encuesta de Sondaxe realizada antes de la última crisis -motivada por la dimisión del portavoz y la secretaria general- les daba cuatro ediles en unas hipotéticas elecciones. El socialismo coruñés vislumbra estos días el fondo de la sima.

A unos meses del ecuador del mandato la agrupación local se quebró la semana pasada. Después de que José Manuel Dapena dejara la portavocía y Mar Barcón el mando del partido, los socialistas andan estos días buscando nueva cabeza. Y lo hacen, además, con cierta prisa. Ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, urgía al nombramiento de un representante lo antes posible para seguir con la negociación de los presupuestos, que quedó en la nevera tras la cadena de renuncias iniciada por las desavenencias de Dapena con Barcón. Ese papel, el de portavoz, podría encontrar hoy quien lo ocupe. Está previsto que se reúna el grupo municipal para abordar ese asunto. El problema es que salga quien salga no será una figura de consenso. Teóricamente el próximo representante del PSOE podría ser José Manuel García -si quiere-, que contaría con el apoyo de Barcón y Fito Ferreiro. La otra opción es Silvia Longueira, que solo tiene el apoyo de Yoya Neira ante una previsible abstención del portavoz dimitido, Dapena.

Seguiría habiendo dos bandos, o hasta tres, con Neira y Longueira por un lado, Barcón, García y Ferreiro por otro, y Dapena por libre. Pero más complejo parece todavía encontrar una solución para la gestora que se hará cargo de dirigir el partido tras la renuncia de Barcón. Es más, fuentes socialistas indican que en principio se descarta para presidir esa gestora a personas con potencial y perfiles emergentes «para evitar que se quemen». Se intuye que aún queda gasolina por arder.

Será Ferraz quien proponga el nuevo equipo, teniendo en cuenta al PSOE provincial. Y ahí empieza la búsqueda de la cuadratura del círculo: el perfil sería el de alguien valorado tanto por Madrid como por la provincial y que no cause disensiones en el seno de la agrupación municipal. En esencia, un pacificador.

Barcón sigue siendo concejala -como Dapena, renunció al cargo, no al acta-, y mantiene su ascendente. Goza, además, de buena sintonía con Madrid, desde donde seguramente no le impondrán a quien no desee.

El PSOE provincial tendrá que tener en cuenta esa circunstancia, aunque también podría poner peros si el nombre que sale de la capital no se aviene a sus intereses, que en los últimos tiempos parecían diferir del barconismo. Tradicionalmente a la sombra del PSOE coruñés, el provincial buscó aprovechar la debilidad electoral de los suyos en María Pita para lograr un nuevo protagonismo no subordinado.

Quien salga designado deberá sumar los siguientes ingredientes: conocer bien el partido, no aspirar a ser candidato, no crear rechazo en la militancia coruñesa, ni en la provincial, ni en el grupo municipal, ser reconocido por Barcón y sus ediles afines, y también por los críticos del grupo formado por Yoya Neira y Silvia Longueira. Deberá ser capaz de trasladar las tesis del partido a los seis ediles que votan en los plenos y de lograr una sintonía que no desemboque en otra crisis interna que abunde en la sangría de votos. Suena Méndez Romeu, pero no está claro si sería capaz de unir todos esos ingredientes en una única receta. No por ser él, sino porque la gestora, más que encontrar una solución al problema coruñés, tendría que hacer un milagro.