La tradición dice que quien encuentra la sorpresa dentro del roscón de Reyes se tiene que encargar de comprarlo en la familia al año siguiente. En el caso de la panadería Panrís lo tiene sencillo. Porque lo que esconde el roscón no responde al simple muñequito o figura decorativa. «Se trata de un billete de 500 euros de plástico que se canjea en la tienda por 500 euros de verdad, en billetes», explica Mario Teijeiro. Se hartó de despacharlos entre ayer y antes de ayer. «El jueves vendimos tranquilamente más de cien. Ayer menos, porque la mayoría lo tenían del día anterior», dice. Eso sí, de todas las piezas adquiridas solo una de una variedad concreta llega con ese particular relleno. «Iba dentro de uno de los roscones de hojaldre, que cuestan 18,99 euros». ¿Y nadie lo ha reclamado todavía? «Pues no, no ha aparecido aún el afortunado por la tienda», indica: «Seguro que espera a hacerlo mañana». El local, perteneciente a una franquicia asturiana, lleva funcionando unos meses en Linares Rivas. «Es la primera que se abre fuera de Asturias y con cafetería», apunta Mario. Quizá por ello la promoción creó cierta incredulidad entre su clientela: «Había gente que decía si era una coña, pero otros lo compraron como quien juega a la lotería», se ríe. Y adelanta que el año que viene se repetirá.
Amigos de los coches
Adoran los automóviles antiguos y quieren que A Coruña cuente con el museo proyectando por la Fundación Jorge Jove. Su nombre lo dice todo: Asociación de Amigos del Museo del Automóvil. Tras él figura como presidenta Eleva Galván Vázquez y como vicepresidente César Bonome González. En un acto celebrado en el salón de actos de la Sociedad Deportiva Hípica, se constituyeron y explicaron sus fines. Dicen que tienen como finalidad «promover y apoyar dicho museo, realizar exposiciones, charlas y conferencias, para conocer uno de los museos más importantes de Europa, e intentar que se pueda hacer».
Emprendimiento infantil
El pasado jueves tuvo lugar en el auditorio de ExpoCoruña la presentación de los proyectos realizados por los pequeños emprendedores de la Escuela Líbolis. Los niños participantes en este campus tuvieron que diseñar un sistema tecnológico para gestionar el número de personas que están en las colas de un banco. También otro de ahorro de energía en los puestos de trabajo y para que las personas movilidad reducida puedan entrar en las oficinas. Por último, se les pedía realizar un juego tecnológico para que niños y niñas pudieran aprender conceptos sobre las fianzas. Los profesores destacaron el alto nivel alcanzado por estas jóvenes promesas del emprendimiento.