Ferreiro amaga con achicarse ante el órdago de la oposición en las cuentas

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Ofrece seguir negociando tras el pleno del miércoles si el presupuesto es rechazado y afirma que la cuestión de confianza «non é un bo recurso» y es «a última opción»

24 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Game of chicken», juego de la gallina. Así se llaman las competiciones automovilísticas en las que los participantes conducen un coche en dirección al del contrario, en rumbo de colisión frontal, y el primero que se aparta, pierde. A veces hay muertos y heridos. A eso juegan Marea, PP y PSOE con los presupuestos. «Es una apuesta de alto riesgo», reconoce un influyente asesor político municipal, partidario de que la crisis sea el «fin del principio» de un mandato que ha estado marcado por la ingobernabilidad.

La apuesta

Cuentas o censura. La Marea presentó los presupuestos casi sin tiempo para negociar y va a llevarlos a pleno el miércoles. Ha rechazado las «líneas rojas» que el PP puso para hablar, por lo que los conservadores votarán en contra. El PSOE también va a votar no y exige al gobierno que retire el texto, redacte uno nuevo con ellos y garantice un marco en el que se vayan a cumplir sus aportaciones, lo que casi equivale a proponer un bipartito.

Esos son los coches en rumbo de colisión, pero no chocarán el miércoles. Si el presupuesto es rechazado, Ferreiro podrá prorrogar el actual o ir a una cuestión de confianza. Si lo hace y es rechazada, se abrirá un período de 30 días para presentar una moción de censura o las cuentas se aprobarán de forma automática.

Ahí los coches estarán muy cerca y alguien se saldrá de la carretera. Si no hay censura, el gobierno habrá ganado el órdago. Entre los dos perdedores, el PP y el PSOE, habrá uno más perjudicado dependiendo de la imagen pública que proyecten. En principio arriesgan más los populares, que son beneficiarios indirectos de la actual ingobernabilidad, llevan meses reclamando la alcaldía por ser primera fuerza y, tras criticarlo con dureza, tendrían difícil explicar que Ferreiro saliese con vida política.

Paradójicamente, si la censura falla y logra transmitir que el responsable es el PP, el PSOE saldrá beneficiado, ya que dejaría de ser el único responsable de que el alcalde siga en el cargo.

La última jugada

El amago. Después de que PP y PSOE votasen contra el presupuesto ayer en la comisión, adelantando lo que ocurrirá en el pleno, el alcalde afirmó que la cuestión de confianza «non é un bo recurso» y es «a última opción». Incluso planteó que, pese al rechazo, negociará con el PSOE. Esas posibles conversaciones podrían ser una forma de ganar tiempo, quizá con el fin de que aparezcan grietas en las filas socialistas, o sus palabras son un amago de que podría achicarse y hacer concesiones al PSOE.

Las cartas

Dudas y desesperados. Aunque parece dudar, el alcalde juega con todas las ventajas que le da su cargo. Podría alargar la presentación de la cuestión de confianza, o retirar las cuentas y prorrogar las actuales. Esa última solución minimizaría el riesgo de censura, pero supondría admitir la derrota en el juego de la gallina, ya que ha defendido en numerosas ocasiones que este 2017 A Coruña necesita unos nuevos presupuestos lo antes posible.

 El PP y el PSOE quedaron muy debilitados tras las municipales del 2015, con el paso atrás de Mar Barcón, la marcha de Carlos Negreira, y la aparente provisionalidad de sus grupos municipales, pero eso les podría hacer más peligrosos para el alcalde. Muchos de sus concejales saben que no repetirán en la lista en el 2019, pero sus posibilidades aumentarían si entrasen en un gobierno.

Los socialistas, tras año y medio en tierra de nadie, rechazada su oferta de entrar en el gobierno, están más desesperados y son más peligrosos. Es más, un acercamiento al PP podría desencadenar una fuerte crisis interna e incluso la división del grupo municipal, pero hay sectores dispuestos a pagar ese precio para resolver de un golpe la crisis de gobernabilidad de la ciudad y las disensiones internas del partido.

La resolución

Un futuro incierto. Si Ferreiro se achica y prorroga las cuentas, el gobierno estará en la misma situación que ahora, pero tendrá muchas más dificultades para hacer política y gestionar la ciudad. Si logra aprobar las cuentas, al menos tendrá una herramienta clave para trabajar, pero seguirá en minoría en el pleno y, salvo sorpresa, sin acuerdos estables para aprobar sus proyectos. Si se produce una moción de censura, lo único seguro es que el nuevo gobierno se empleará en demoler su gestión para evitar que la Marea se convierta en un mártir.

El jugador

Fernández Lores, el alcalde de Pontevedra del BNG, puede ser un ejemplo para Ferreiro. Jugó a la gallina y sacó de la carretera a la Marea local, que no aguantó la presión tras votar contra sus cuentas y ayer las respaldó. También Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y un referente para Ferreiro, irá a la cuestión confianza. Veremos si aguanta al volante.