En la ciudad hubo plataformas digitales de vecinos criticando ese sistema de movilidad, pero también surgieron otras reclamándolo para hacer más eficiente el bus. Ni en Federico Tapia ni en San Andrés quieren oír hablar de él, aunque para muchos usuarios su existencia suponía acortar de modo sensible los tiempos de espera y los de desplazamiento dentro de la ciudad. Sin tráfico ni doble fila, en bus se llegaba antes que en cualquier otro medio.
Su retirada en el 2012 tampoco encontró excesiva oposición y los buses siguieron funcionando como lo hicieron hasta el 2008. El gobierno local entiende que una de las fórmulas más eficaces para reducir el número de coches en la ciudad pasa por mejorar las alternativas a ellos, motivando a los vecinos a dejarlos en casa para emplear otro medio. Tanto el PSOE como el BNG están también a favor de ese tipo de vías. Lo que no se ha conseguido es casar sus ventajas con los intereses de los pequeños comercios de las calles por las que pasan.
El cambio mejorará tiempos, pero reducirá 150 plazas de aparcamiento
El bus podrá circular más rápido por Juan Flórez mejorando su servicio, pero a cambio también desaparecerán unas 150 plazas de aparcamiento en las dos márgenes de la calle, de unos 600 metros de longitud. En el 2008 la cifra de sitios para los coches eliminados por el carril bus fue casi el doble, en concreto 244. Aunque en la zona centro los huecos para aparcar no abundan, el cómputo de los que desaparecen es escaso si se compara con los números de la ciudad. En A Coruña hay unas 30.000 plazas libres para estacionar en superficie -sobre todo en la periferia-, otras 3.831 reguladas por la ORA, 1.763 de zona verde y 213 de párking exprés. En los subterráneos de titularidad municipal se suman otras 6.577 plazas para vehículos en rotación.