La cárcel volverá a abrir para actos culturales tras una leve reforma

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Interior y el consistorio invertirán 300.000 euros en obras de mantenimiento

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento y la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP) -organismo dependiente de Interior- llegaron a un acuerdo para que la antigua prisión provincial pueda volver a abrir sus puertas con uso municipal. Las dos partes plasmarán en un convenio -está pendiente de revisión y firma por parte estatal- un pacto que establece que el consistorio podrá hacer uso de la cárcel durante dos años, prorrogables, únicamente si el inmueble se destina a «usos sociocomunitarios y realización de actividades socioculturales».

El documento recoge entre las obligaciones del Ayuntamiento «la realización de obras de conservación, mantenimiento y remodelación total o parcial sobre el inmueble que resulten necesarias para el desarrollo adecuado y seguro de las actividades autorizadas». A esas obras contribuirán a partes iguales Interior y consistorio, con 300.000 euros entre ambos que se emplearán para «garantir a estanqueidade evitando filtracións».

En el estado en que se encuentra el inmueble, muy deteriorado tras años de abandono, esa cantidad no sería suficiente para afrontar una restauración. Con todo, el acuerdo, desbloquea años de desencuentros entre las dos Administraciones.

En el 2005 la alcaldía firmó un acuerdo con Prisiones comprometiéndose a pagar 1,2 millones en caso de querer recuperar el inmueble para uso municipal. Los gobiernos locales posteriores se negaron a realizar ese abono porque la cárcel se construyó gracias a una cesión de suelo municipal en 1925. Al rematar su empleo como prisión, desde María Pita consideraban que la parcela debía volver a sus manos.

De hecho, hay tres procedimientos judiciales abiertos entre los dos organismos y el convenio que ahora se firma especifica también que ese acuerdo de cesión temporal tendrá como causa de extinción «la resolución judicial firme de los procedimientos judiciales que están pendientes sobre el citado inmueble». En ellos se dirime si el consistorio debe pagar 1,2 millones por recuperar el suelo, o no. Habrá que esperar, pues, al fallo judicial para saber si finalmente hay que pagar o no por la cárcel.

Mil ideas para un edificio que solo durante un tiempo estuvo abierto a los vecinos

La nueva prisión provincial de Teixeiro abrió sus puertas en 1998. Entonces la de A Coruña quedó abandonada y para ese inmueble, cuyo suelo compró el Ayuntamiento en 1925 por 19.000 pesetas, surgieron mil ideas. Ninguna se concretó.

En la parcela, de 12.792 metros cuadrados, el exalcalde Francisco Vázquez quiso crear la Casa de la Creatividad o de la Tecnología, allá por el cambio de milenio. La idea fue evolucionando y mientras los vecinos de Monte Alto pedían que se hiciera allí un centro de día, el gobierno local anunciaba un espacio vecinal y un uso similar al del Fórum Metropolitano, aunque cuatro veces más grande.

Hacia el 2009 la idea que mandaba era la de convertir la prisión en un parador, aunque también se hablaba de ella como Museo de los Faros -por su cercanía a la Torre- y sonó también su nombre como ubicación de un vivero de empresas. También se barajó poner allí la colección de coches del Museo de la Automoción de la Fundación Jorge Jove, aunque el proyecto, como el resto, tampoco prosperó.

Más allá de las ideas para transformar la prisión, el inmueble, en continuo deterioro desde su cierre como cárcel, solo llegó a abrir al público durante una breve temporada durante el bipartito. Allí se celebraron conciertos y actos culturales y los vecinos pudieron entrar a pasearse por las viejas celdas. El desacuerdo entre instituciones acabó suponiendo el cierre del inmueble. El edil Xiao Varela pretende que a principios del 2017 se puedan celebrar actividades culturales.