Un millar de hospitales dentro de casa

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CÉSAR QUIAN

El servicio de hospitalización a domicilio del Chuac busca fórmulas para ampliar su cobertura

18 sep 2019 . Actualizado a las 13:32 h.

Aunque son muchas las despedidas que atienden en la dignidad de cada casa, el servicio de hospitalización a domicilio del Chuac va mucho más allá, y hasta donde dan los recursos. «Atendemos cuidados paliativos, claro, pero la mitad de nuestra actividad ya no es igual que hace unos años», informa Fernando Lamelo, que comienza cada día su jornada visitando Urgencias. Allí, hablando con los propios enfermos, con su familia, y contando con la evaluación clínica y sociosanitaria, recluta a ese 50 % de pacientes que se benefician de esa asistencia de hospital, pero en la intimidad y la comodidad del propio hogar.

Son, por ejemplo, pacientes descompensados con procesos agudizados, postoperados con importante demanda terapéutica, y, la mayoría, personas de edad. Abuelos frágiles en los que coinciden muchos males pero cuya asistencia puede realizarse fuera de las paredes blancas, alejados de la desorientación que provocan los entornos desconocidos y sin la agresión inevitable que se siente al estar fuera de lugar, en un sitio que, para aliviar, invade hasta lo más íntimo. Basta para ello con contar con los servicios móviles, médicos y una enfermería especializada en ofrecer esos cuidados complejos cuando necesitan medicación parenteral, curas de infecciones, sueroterapia... procesos para los que, además, se entrena a la familia, ese pilar de la existencia, y la asistencia, más humana.

 Cada año, el servicio que dirige Luciano Vidán atiende a más de un millar de pacientes. A 800 se les evita el ingreso en el Chuac y unos 400 son rescatados de Urgencias antes de las 20 horas de haber entrado. En la actualidad, el 78 % de sus pacientes vienen «de extramuros», es decir, de fuera de las plantas de hospitalización.

  

Menos paliativos, más agudos

«Hacemos una búsqueda activa, en Urgencias, pero también realizamos una labor de soporte a los médicos de las residencias de ancianos, que nos llaman cuando lo necesitan, y estamos desarrollando la coordinación con los médicos de primaria, que ven a sus enfermos en sus casas y nos piden apoyo como alternativa a enviarlos al hospital», explica Lamelo.

Solo en los centros de la tercera edad de A Coruña viven 1.800 mayores. Muchos de ellos acabarían cayendo en una rueda de ingresos sucesivos de no contar con el apoyo del hospital en casa. Lo mismo puede decirse de los cientos de personas que visitan a diario en sus viviendas los médicos de cabecera, que ante complicaciones pueden levantar el teléfono y pedir ayuda a hospitalización a domicilio para, por ejemplo, poder transfundirlos.

La demanda procede también, por supuesto, de las plantas del Chuac, que procuran devolver a los pacientes a sus entornos en cuanto pueden con altas precoces, liberando así también la exigida cama hospitalaria.

Este cambio se inició hace tres años, con el refuerzo de personal para establecer el turno médico de tarde que permitió ampliar la atención a agudos. Ahora, a diario son entre 35 y 40 los enfermos que atiende el equipo, con visitas médicas diarias cuando el proceso, como por ejemplo una neumonía, lo requiere.

«El abuelo que ves en Urgencias ya te pide que no lo ingreses, y el paciente que prueba nuestro servicio, después lo solicita siempre», valora Lamelo, quien enumera la prestación de «una medicina muy especializada, específica, de buenos resultados y trato muy humano y cercano», como las claves de ese reconocimiento de la población. Atendiendo precisamente a la sociedad, cada vez más envejecida y con la cronicidad como tendencia natural, confían en que la Xunta, tal y como ya anunció el presidente Feijoo, apueste por ampliar recursos para hacer equitativo el acceso a una atención sanitaria que coloca al sistema de salud moviéndose en torno al enfermo, y no al paciente itinerando de un servicio a otro.

Una tableta con datos a tiempo real y que permitirá hablar con el enfermo

El equipo de hospitalización a domicilio se mueve por el entorno coruñés con una tableta que cuenta con un programa innovador y específico, la historia clínica de movilidad, desarrollado dentro del plan Hospital na Casa del Sergas. Esto les permite a los profesionales ver en tiempo real no solo los datos de analíticas y pruebas, sino todas aquellas acciones y observaciones que las enfermeras, en cada visita, realizan del enfermo. Y en el momento en que se hacen.

La herramienta, prácticamente inédita en Europa, funciona como un sistema de monitorización remota del paciente que facilita y agiliza la asistencia y que, en breve, incorporará nuevas aplicaciones. En los futuros desarrollos está previsto no solo el vuelco automático de los datos recogidos por ejemplo del pulsioxímetro al enfermo o de las bombas de infusión, sino la realización de electros y ecografías, y a partir de febrero mismo la posibilidad de que el médico realice automáticamente la prescripción farmacológica a pie de cama, sin tener que llegar a la consulta para activar la medicación.

El programa, que incorpora un navegador para facilitar la llegada al domicilio en cuanto se pulsa el nombre del paciente, sumará también otras posibilidades de comunicación con las familias, que en la actualidad cuentan con una línea telefónica directa con los médicos para consultar cualquier eventualidad. Un sistema de videoconferencia permitirá a los sanitarios hablar con el enfermo, y verlo, y la idea es que esta herramienta, que ha testado el servicio coruñés, se extienda a todos los médicos que, de una manera u otra, pueden tener contacto con los hospitalizados en casa. En especial, piensan que sería enormemente beneficioso para el 061, puesto que con cierta regularidad son pacientes que sufren urgencias, y los médicos de los puntos de atención continuada o PAC. Disponer de este programa les permitiría no solo acceder automáticamente a los datos de un paciente para ellos desconocido, sino actualizar su historial con los nuevos episodios para que, de forma inmediata, el equipo de hospitalización a domicilio conozca qué le ha pasado y si ha habido cambios en el tratamiento.

«Debe tener el mismo derecho el paciente de la plaza de Pontevedra que el que vive en Sada»

«Te sorprendería ver cuántos quintos y sextos hay sin ascensor», comenta un equipo en el que sus siete médicos destacan el trabajo esencial de las ocho enfermeras que cada día, cargadas con la medicación y todo el material necesario, recorren los domicilios de sus pacientes.

Lo hacen en la ciudad, y también en el entorno más cercano de Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros. El tiempo para llegar, más que la distancia, pone el límite. «Debe tener el mismo derecho el paciente que vive en la plaza de Pontevedra que el que vive en Sada», reivindica Chus Lorenzo, supervisora de la unidad desde el 2002 y firme defensora de una atención que, a su juicio, permite vivir el dolor, cuando no la tragedia, de otra forma: «No es lo mismo en tu cama, con tu familia y tus cosas, que en un hospital donde no puedes ni siquiera expresarte igual».

Ellas aseguran que sienten de primera mano el reconocimiento y la gratitud por un trabajo que «es volver al origen de la enfermería pura y dura, a atender a la persona en su entorno y además poder darle todas las técnicas hospitalarias». Será porque comprueban día a día que el paciente «se recupera antes, hasta come mejor, está más relajado, tiene menos complicaciones e infecciones», cuenta, y ven que para la familia, aún cuando se necesite el compromiso de un cuidador principal, contar con su apoyo «les facilita seguir con su vida, sus trabajos, en vez de tener que estar yendo al hospital».