El suministrador de A Coruña acaba de superar el 60 % de su volumen gracias a las últimas borrascas
23 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El 14 de noviembre cambió la curva. Los técnicos de Augas de Galicia constataron por primera vez desde el mes de mayo que el embalse de Cecebre comenzaba a registrar más agua que en la medida anterior, unos controles que se realizan semanalmente. Las alarmas nunca llegaron a saltar, pero el alivio es evidente cuando la curva descendente cambia de tendencia. El 7 de noviembre el volumen embalsado bajaba del 60 %, pero una semana después recuperaba la cifra y las previsiones meteorológicas apuntan a que el principal abastecedor de agua de A Coruña subirá sus niveles de forma acusada. «Aínda que nestes meses se rexistrara unha cantidade de chuvia menor, a situación dos encoros é normal», destacan desde Augas de Galicia, desde donde matizan que el 60 % es el nivel máximo permitido para esta época del año, ya que este embalse «debe manter un resgardo do 35 % por se hai episodios de chuvia intensa».
De este modo, es probable que si persisten las lluvias en los próximos días, las compuertas deberán aliviar hasta alcanzar esos dos tercios de la capacidad total. El embalse de Cecebre está en los niveles previstos y deseados por Augas de Galicia, lejos de la preocupante sequía del 2007, cuando el gobierno local de A Coruña temió serios problemas en el abastecimiento, y lejos también de los grandes caudales de diciembre del 2000, cuando el puente de la presa se anegaba después de varias semanas sin parar de llover.
Con los niveles de agua en orden, la Xunta (titular del embalse por estar en la Red Natura) sigue batallando contra las especies invasoras. Recientemente se han retirado hierbas de la Pampa y nidos de velutinas, las últimas en llegar a un escenario donde comienza a ganarse la guerra al cangrejo americano. También persisten la tortuga de Florida y la almeja asiática. Pero desde la Reserva da Biosfera As Mariñas Coruñesas Terras do Mandeo, donde el embalse es zona núcleo, han creado una aplicación de móvil que está ayudando a localizar al invasor. «Cuando cualquier persona hace una foto de un plumacho desde esa aplicación lo tenemos geo-localizado», explica Diego López.