Y Sorolla desembarcó en A Coruña

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

Una bisnieta del pintor habla hoy de la amistad del artista con Emilia Pardo Bazán

07 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Sorolla íntimo está en el Museo de Belas Artes. El pintor paisajista conmovido por la hondura de la árida Castilla, donde ve a los hombres como gigantes, puede verse en la Fundación Barrié. Y del Sorolla amigo, el que firma y data un cuadro «A mi amiga Emilia Pardo Bazán/ J. Sorolla 1913» hablará hoy, a las 11.30 horas en la casa museo de la escritora, una de sus bisnietas, Fabiola A. Lorente-Sorolla. Y es que el pintor valenciano parece haber tomado la ciudad con sus cuadros, bocetos y vivencias.

La amistad entre Emilia Pardo Bazán y el artista valenciano aparece plasmada por este en la mencionada dedicatoria que aparece en el ángulo superior del cuadro de Amalia de la Rúa Figueroa, la madre de la escritora, que era pintada por Sorolla cuando la mujer tenía 82 años. El lienzo se encuentra en la casa museo de la escritora.

De todos modos, un año antes Pardo Bazán también había sido retratada por el artista, una obra que se encuentra actualmente en Nueva York, puesto que forma parte de uno de los encargos que le hizo al pintor Archer Milton Hunginton para la colección de personajes ilustres de la biblioteca de la Hispanic Society of América. Para ese mismo espacio, el mismo hispanista, le pidió a Sorolla una serie de murales que, por iniciativa del pintor, acabaron siendo paisajes de distintos lugares de España. Los bocetos de esos trabajos, que han sido restaurados en Valencia, son los que se pueden ver en el Museo de Belas Artes. La muestra lleva por título Sorolla íntimo y, según explicaba su comisario, Felipe Garín, permite ver la forma de trabajar del pintor que, en su opinión, hizo «un esfuerzo titánico» para sacar adelante este proyecto.

 Este esfuerzo y dedicación constante a la pintura fueron las razones, apuntaba Blanca Pons Sorolla, otra de sus bisnietas, el pasado viernes, de que al pintor le diera un derrame cerebral con 57 años y muriera tan joven.

Blanca Pons estuvo en la inauguración de la exposición de la Fundación Barrié e indicaba, tras pensarlo unos segundos, que quizá la familia hubiera mantenido el optimismo del pintor «que nunca se dejó amilanar por el pesimismo», decía Consuelo Luca de Tena, directora del Museo Sorolla; aludía al pesimismo de la Generación del 98 frente al que estaba la luz y la vida que el pintor plasmaba en sus lienzos. En esta exposición están los paisajes que el artista pintó a veces en duras condiciones: «A Granada fue siempre con nieve y pasó tanto frío que casi no podía pintar».